
15 de abril 2025- Una preocupante situación vive el sector de la venta de pollo en Chetumal, donde distribuidores han sido víctimas de ataques y amenazas por parte de un presunto competidor que intenta quedarse con el control total del mercado. Los afectados han pedido la intervención urgente de las autoridades, ante el temor por su seguridad y la de sus familias.
Según relatan los propios distribuidores, el problema no es nuevo, pero en las últimas semanas los actos de intimidación han ido en aumento. El agresor, que ya fue identificado por los comerciantes, ha colocado mantas con amenazas directas en varios puntos cercanos a sus negocios. La advertencia es clara: “Pagan o se mueren”, una frase que ha encendido las alarmas entre quienes se dedican a esta actividad.
Ataques contra comerciantes de pollo siguen impunes
Uno de los casos más graves ocurrió el pasado 27 de marzo, cuando un vehículo de un distribuidor de pollo en Chetumal fue incendiado de forma intencional en la colonia Solidaridad. A pesar de que la denuncia fue presentada ante el Ministerio Público, no se ha reportado avance alguno en la investigación, lo que aumenta la desesperación de los afectados.
La situación afecta a varios comerciantes, entre ellos personas identificadas como “Romero”, “Quijano” y “Heidy”, quienes aseguran haber recibido amenazas similares en meses recientes. Todos coinciden en que el agresor está intentando imponer cuotas a los distribuidores medianos y grandes, como una forma de controlar por completo la distribución de pollo en la ciudad.


Miedo y silencio por temor a represalias
Muchos de los vendedores han optado por el silencio, ya que temen que denunciar abiertamente pueda derivar en ataques más violentos o en daños irreparables a su patrimonio. Las víctimas han declarado que no han procedido legalmente de manera más firme por miedo a represalias, aunque tienen plenamente identificado al agresor.
Lo más preocupante, según los comerciantes, es que este tipo de violencia podría crecer si no se atiende de inmediato. Advierten que el negocio de la comercialización de pollo podría convertirse en un foco rojo de inseguridad si no se toman medidas para frenar esta serie de intimidaciones.
Urgen intervención de autoridades
Ante la gravedad del caso, los distribuidores han solicitado la ayuda de la Policía Estatal y la Fiscalía General del Estado para que actúen de inmediato. Consideran que ya hay suficientes pruebas y testimonios para iniciar un proceso penal contra el responsable. Además, piden vigilancia especial en los puntos de venta para proteger a quienes integran este sector.
Los afectados recalcan que la venta de pollo en la región es una fuente de empleo para muchas familias, y que no debería verse afectada por actos de violencia o chantaje. Exigen poder trabajar con tranquilidad, sin miedo a ser extorsionados o agredidos por intentar ganarse la vida honestamente.
Una comunidad unida contra la violencia
Finalmente, los comerciantes han comenzado a organizarse para hacer frente común y evitar que esta situación continúe. Planean establecer una red de apoyo y comunicación entre los distintos puntos de venta, para alertar en caso de nuevos incidentes. Hacen un llamado a la sociedad y a las autoridades para no minimizar el problema y actuar con firmeza.
Mientras tanto, el ambiente entre los distribuidores de pollo en Chetumal sigue siendo de tensión. Lo que comenzó como una competencia desleal ha escalado a un nivel de violencia que amenaza con poner en jaque a toda una industria local. Urge una respuesta contundente para que el miedo no sea parte del día a día de quienes se dedican a este importante negocio.
Es genial ver que se están tomando medidas para mejorar la situación, pero a veces siento que se hacen anuncios sin un plan claro. Es como si solo se dijera lo que la gente quiere escuchar, pero después no se ve acción real. Ojalá que esta vez sí se cumpla lo prometido y no se quede en palabras.
Me parece genial que se esté hablando de este tema, porque es algo que afecta a mucha gente y es importante que se le dé visibilidad. Sin embargo, creo que a veces se queda en palabras y no se ven acciones concretas. Ojalá se tomen medidas reales y no solo se hable por hablar.