
Ciudad de México. – La presidenta Claudia Sheinbaum respondió a las presiones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien amenazó con imponer un arancel del 5% a México si no se cumple cabalmente con las obligaciones estipuladas en el Tratado de Aguas de 1944. Sheinbaum fue clara y enfática al señalar una limitación ineludible: “El agua que se puede entregar es el agua que se puede entregar, no se puede entregar más”. Esta postura subraya que la disponibilidad del recurso está supeditada a factores naturales y de infraestructura.
Lluvia y Capacidad: Los Factores Ineludibles para la Entrega de Agua
La presidenta explicó que el volumen de agua que México puede entregar a Estados Unidos bajo el Tratado de Aguas de 1944 está rigurosamente determinado por dos variables esenciales. La primera es la cantidad de lluvia o precipitación registrada durante el ciclo hidrológico de 2025, un factor que escapa al control humano. La segunda variable es la infraestructura física existente, que limita la capacidad real de almacenamiento y entrega del recurso.
Esta argumentación legal y técnica busca despolitizar la discusión sobre el tratado, centrando el debate en la realidad hídrica del país. Al poner la entrega de agua en función de la lluvia y la capacidad de infraestructura, Sheinbaum establece un límite operativo y natural a las demandas de Estados Unidos, dejando en claro que no se puede prometer un volumen que simplemente no existe o no puede ser manejado.
Esta mejora en la infraestructura es vital. No solo optimizaría la entrega a Estados Unidos bajo el tratado, sino que también aseguraría el abasto para las comunidades mexicanas fronterizas que enfrentan serios problemas de escasez. El agua que se ahorra con una mejor infraestructura puede destinarse tanto al cumplimiento de los acuerdos como al uso doméstico y agrícola.
La mención de la contaminación del Río Tijuana a las playas del Pacífico fue otro punto abordado por la presidenta, quien destacó que es un problema en el que “ya se venía trabajando”. Este trabajo continuo subraya la complejidad de los temas fronterizos, que van desde los compromisos de agua dulce hasta la gestión de las aguas residuales. Ambos temas, aunque distintos, requieren de una coordinación binacional constante y de inversiones millonarias.
Las amenazas arancelarias de Donald Trump añaden una capa de presión diplomática y económica a un tema ya delicado. La respuesta de la presidenta Sheinbaum busca proteger a los productores mexicanos de cualquier arancel comercial, mientras mantiene una postura firme y justificada sobre la imposibilidad técnica de entregar agua que no se ha captado por falta de lluvia.
En conclusión, la posición de la presidenta Sheinbaum sobre el Tratado de Aguas es un llamado a la realidad hídrica. El mensaje es que México cumplirá con su compromiso, pero este está limitado por la naturaleza y la capacidad física para entregar el agua que se recibe. La solución definitiva pasa por la lluvia, la infraestructura y un diálogo binacional que reconozca los efectos del cambio climático en la disponibilidad del recurso.








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