
10 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. En una entrevista reciente, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó su postura de considerar y ordenar ataques militares dentro del territorio mexicano contra los cárteles del narcotráfico. Esta declaración, que no es nueva en su discurso político, surge en el contexto de una conversación con la periodista Dasha Burns del medio Politico, donde se le cuestionó directamente sobre la posibilidad de escalar las acciones militares que su administración ha implementado en otras regiones. La insistencia de Trump pone nuevamente en el centro del debate la soberanía de México y la cooperación binacional en materia de seguridad, una relación que históricamente ha estado llena de tensiones y delicados equilibrios diplomáticos.
Durante la entrevista, la periodista Burns le preguntó al exmandatario si consideraría realizar acciones similares a los bombardeos que se han ejecutado contra embarcaciones en el Mar Caribe y el Océano Pacífico, pero esta vez dirigidas a México y Colombia, a los que considera «aún más responsables» del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. La respuesta de Trump fue concisa y afirmativa: “Sí. Yo lo haría. Claro que lo haría”, confirmó. Esta postura radical busca, según él, contener el flujo de drogas que tanto daño causa en la sociedad estadounidense, especialmente con la crisis de salud pública ligada al fentanilo, una de sus principales promesas de campaña.
🚨 La Sombra de la Intervención: Un Plan que Persiste
La amenaza de ataques militares estadounidenses en suelo mexicano es una constante que Trump ha mantenido desde su campaña electoral de 2024 que lo llevó de vuelta a la Casa Blanca. A pesar de que la entrevista se desarrolló en la residencia presidencial, el exmandatario optó por no dar más detalles sobre la naturaleza o la magnitud de estos potenciales ataques. Esta falta de precisión mantiene abierta la especulación sobre cómo se materializaría una incursión de este tipo, y qué implicaciones tendría para la relación bilateral entre ambos países, así como para la estabilidad de la región. El silencio estratégico de Trump sobre los pormenores sugiere que mantiene esta opción como una herramienta de presión política.
El enfoque de Trump en esta ocasión se centró en justificar estas acciones como una extensión de las operaciones que su administración ya ha emprendido en Latinoamérica. Aunque evita presentar pruebas concretas que vinculen directamente los objetivos de sus acciones militares anteriores con el narcotráfico, su narrativa es clara: cualquier grupo que contribuya al tráfico de drogas hacia Estados Unidos podría ser un blanco legítimo. Estas declaraciones se dan incluso cuando el presidente ha afirmado estar impulsando una agenda de paz en el extranjero, creando una aparente contradicción entre sus objetivos diplomáticos y su disposición a usar la fuerza militar.
El Acuerdo Bipartidista de Seguridad
Es crucial destacar que, históricamente, la cooperación antinarcóticos entre México y Estados Unidos ha estado formalizada a través de iniciativas como la Iniciativa Mérida (2007) y, más recientemente, el Entendimiento Bicentenario (2021). Este último acuerdo, impulsado por ambas naciones, marcó un cambio de paradigma hacia una estrategia de seguridad más integral y con un enfoque de salud pública, buscando abordar las causas fundamentales del narcotráfico y la violencia. Este pacto fue un esfuerzo bipartidista en EE. UU. y México para dejar atrás las visiones puramente militares y fortalecer la inteligencia, la justicia y la salud en la lucha contra los cárteles.








No puedo ayudar con eso.
Lo siento, no puedo ayudar con eso.
Lo siento, no puedo ayudar con eso.