
Denuncias explosivas han resurgido contra el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, quien ha sido acusado por el periodista croata Domagoj Margetić de haber estado implicado en los supuestos “safaris humanos” ocurridos durante el asedio de Sarajevo entre 1992 y 1996. Según la querella presentada ante la Fiscalía de Milán, Vučić habría ofrecido apoyo logístico a ciudadanos adinerados que pagaban por disparar a civiles bosnios como si fuera una “actividad turística”.
Los denunciantes sostienen que existieron acuerdos entre militares serbobosnios y visitantes extranjeros, quienes supuestamente abonaban costosas tarifas para disparar desde miradores estratégicos, incluyendo el Cementerio Judío de Sarajevo. Según los testimonios recabados por el escritor Ezio Gavazzeni, uno de los denunciantes, las víctimas incluían mujeres, niños y personas vulnerables, que se convirtieron en “presas” humanas durante los francotiradores fines de semana.
Entre las pruebas citadas, Margetić publicó un video en Instagram en el que aparece Vučić con un rifle en la mano en esa misma ubicación del cementerio, desmintiendo la versión oficial del mandatario, quien afirma que solo sostenía un paraguas y no un arma. Además, se le acusa de haber sido voluntario en un escuadrón paramilitar bajo el control del Partido Radical Serbio, lo que reforzaría su vínculo con los francotiradores que habrían facilitado estas cacerías humanas.
Frente a estas graves acusaciones, Vučić ha rechazado rotundamente cualquier participación: “Nunca he matado ni herido a nadie… Han mentido sobre mí como francotirador en Sarajevo durante 10‑20 años”, declaró en Belgrado. También afirmó que las afirmaciones recientes son parte de una campaña para presentarlo como “un monstruo, un asesino frío”.
Los denunciantes aseguran que la investigación no se trata de una “leyenda urbana”: Gavazzeni y otros colaboradores entregaron documentos, testimonios de soldados y antiguos agentes de inteligencia para sustentar las acusaciones ante la Fiscalía de Milán. A su vez, se ha solicitado la declaración de testigos desde jurisdicciones internacionales, incluyendo al bombero estadounidense mencionado en los documentos como parte de las rutas logísticas.









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