
La Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada por los republicanos, aprobó este jueves el controversial plan fiscal impulsado por Donald Trump, que ahora se prepara para ser firmado como ley. La votación, que se resolvió con un estrecho margen de 218 votos a favor y 214 en contra, se realizó justo a tiempo para el Día de la Independencia, fecha que el expresidente había marcado como límite simbólico para su ratificación. La iniciativa ha sido denominada por Trump como su “Big Beautiful Bill”.
Uno de los aspectos más criticados del nuevo plan es la introducción de un impuesto del 1% a las remesas enviadas por no estadounidenses que superen los 15 dólares. Esta medida, que originalmente proponía un impuesto del 3.5%, busca generar ingresos que compensen los amplios recortes fiscales planteados. Sin embargo, ha sido vista como un golpe directo a las comunidades migrantes, particularmente aquellas que envían dinero a sus familias fuera del país.
Además del impuesto a las remesas, el proyecto elimina incentivos para energías renovables y establece profundos recortes en programas sociales como Medicaid. La reforma fiscal también contempla un aumento de 5 billones de dólares en el techo de deuda del país, lo que, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, incrementará la deuda nacional en 3.4 billones de dólares. Los republicanos defienden el plan argumentando que reducirá impuestos para todos y estimulará el crecimiento económico, aunque sin detallar cómo se logrará ese equilibrio.
El apartado de seguridad fronteriza es uno de los pocos que recibirá más presupuesto, con 175 mil millones de dólares adicionales en los próximos cuatro años. El dinero se destinará a muros, centros de detención y tecnología de vigilancia. Otro sector beneficiado será el de defensa, con 150 mil millones extra, incluyendo 25 mil millones para la creación de un nuevo sistema de escudo antimisiles, denominado por Trump como “Cúpula Dorada”. Esta iniciativa ha levantado alarmas entre expertos por su potencial para detonar una nueva carrera armamentista con países como China o Rusia.
Organizaciones de migrantes y analistas fiscales han advertido que el impuesto a las remesas, además de ser regresivo, podría fomentar el uso de canales informales o ilegales para el envío de dinero, afectando tanto la transparencia financiera como la seguridad. Según datos del Banco Mundial, en 2023, los migrantes enviaron más de 65 mil millones de dólares desde EE.UU. a América Latina. Aplicar un impuesto a estas transferencias no solo penaliza a quienes trabajan para mantener a sus familias, sino que también podría disminuir el flujo de capital hacia países en desarrollo, lo que tendría efectos negativos en economías vulnerables.
El expresidente Joe Biden rompió su silencio político para criticar duramente el proyecto, calificándolo como imprudente y cruel. Según Biden, el plan republicano recorta servicios esenciales como salud, asistencia alimentaria y Medicare, al tiempo que otorga grandes beneficios fiscales a los multimillonarios. Desde la oposición demócrata, se denunció que la ley favorecerá aún más la desigualdad y podría llevar a millones a perder el acceso a servicios básicos.

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