
Una lamentable noticia sacude a la comunidad de Stewartsville, en el este de Ohio (EE.UU.), tras el fallecimiento de una mujer de 65 años, identificada como Jodi Proger. La víctima, que dedicó más de una década a la rehabilitación de ciervos de cola blanca, perdió la vida el pasado 15 de noviembre después de ser atacada por uno de los animales que cuidaba en su propiedad. El suceso ha conmocionado a familiares y amigos, quienes conocían la pasión de Proger por la fauna local, una dedicación que tristemente terminó en una tragedia.
La mujer, que llevaba 12 años rehabilitando ciervos en un terreno de cinco acres (unos 20.000 metros cuadrados) cerca del río Ohio, fue encontrada sin vida dentro del corral donde tenía al animal. Según la información proporcionada por las autoridades, a través de una llamada al 911 realizada por sus familiares, Proger había quedado atrapada con el ciervo macho en la instalación. Al llegar al lugar, los agentes se vieron obligados a sacrificar al animal para poder acceder y auxiliar a la víctima, pero lamentablemente ella ya había fallecido en el sitio del incidente.
Investigación Abierta sobre la Tenencia del Animal
Tras la tragedia, las autoridades de Ohio han iniciado una investigación exhaustiva para determinar las circunstancias del ataque y la legalidad de la tenencia del animal en la propiedad privada de la víctima. El Departamento de Recursos Naturales de Ohio y el Departamento de Agricultura del estado están revisando las condiciones en que se mantenía al ciervo macho, conocido como Wheezer, y si se cumplían todos los requisitos para su cuidado. Este tipo de incidentes, aunque raros, ponen de relieve los riesgos asociados al manejo de fauna salvaje, incluso cuando el objetivo es la rehabilitación.
Familiares y cercanos a la víctima salieron al paso de rumores difundidos en redes sociales, donde se especulaba sobre la culpa directa del animal. La hija de Jodi Proger, Jennifer Bryan, emitió un comunicado defendiendo la memoria de su madre y al ciervo, aclarando que el animal estaba castrado conforme a las exigencias del Departamento de Recursos Naturales de Ohio al momento de obtener el permiso para su cuidado. La castración es un requisito habitual para reducir la agresividad de los ciervos machos, especialmente en época de celo.
Bryan enfatizó que su madre era plenamente consciente de los riesgos que implicaba trabajar con fauna salvaje, pero que «disfrutó cada minuto amando y cuidando a estos animales». Esta declaración busca honrar la dedicación de Proger a la causa y deslindar al ciervo Wheezer de la responsabilidad total del trágico desenlace. A pesar de las precauciones tomadas, la naturaleza impredecible de los animales salvajes siempre presenta un desafío.









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