23 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. Una tragedia ha sacudido a la comunidad de Durango, donde una adolescente de 14 años, Paloma Nicole, falleció tras someterse a una cirugía estética de aumento de busto. El padre de la menor, Carlos Said, denunció ante las autoridades que el procedimiento se realizó sin su consentimiento y que fue llevado a cabo por la pareja de la madre. La muerte de la joven, ocurrida el 20 de septiembre, ha levantado una serie de cuestionamientos sobre los procedimientos clandestinos y la seguridad de los menores en este tipo de intervenciones.

Según el relato del padre, todo comenzó cuando la madre de Paloma le dijo que se irían a unas cabañas por un supuesto caso de COVID-19. Sin embargo, días después, la joven fue reportada como grave en la Clínica Santa María. El certificado de defunción inicial atribuía su muerte a un edema cerebral y otras complicaciones respiratorias. Sin embargo, la verdad salió a la luz de una manera muy dolorosa para el padre, quien decidió indagar más a fondo.
Descubrimiento y Denuncia de una Cirugía Clandestina
A pesar de haber firmado un documento de conformidad sin iniciar un proceso legal, el padre de Paloma Nicole, movido por la sospecha, solicitó una necropsia. Su decisión fue confirmada de la peor manera: la autopsia reveló que la menor no solo tenía implantes mamarios, sino que también se le había practicado una lipoescultura abdominal. Este descubrimiento, respaldado por la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Durango (Coprised), cambió radicalmente el rumbo de la investigación.
La Fiscalía General del Estado de Durango ha iniciado una carpeta de investigación por homicidio culposo y mala praxis contra quienes resulten responsables de la cirugía estética. El caso se centra en la pareja de la madre de Paloma, quien presuntamente habría realizado el procedimiento sin contar con la licencia médica para ello. Este acto no solo es una violación a la ley, sino también una grave omisión de cuidados que tuvo consecuencias fatales.

Este trágico suceso pone de relieve un problema de salud pública mucho más amplio que la negligencia médica. La muerte de Paloma Nicole es un recordatorio de la vulnerabilidad de los menores ante decisiones tomadas por adultos, y de los peligros de las cirugías estéticas clandestinas. La falta de regulación y la facilidad con la que se realizan estos procedimientos fuera de un ambiente hospitalario seguro representan un riesgo latente para la población. El caso de Paloma es una llamada de atención para que las autoridades refuercen la vigilancia y sancionen con severidad a quienes ponen en peligro la vida de las personas.
Las autoridades de la Coprised han manifestado que continúan con las investigaciones para determinar si hubo omisiones legales y médicas. La madre de la menor ha sido señalada por presunta omisión de cuidados, ya que permitió la realización de la cirugía estética a su hija sin el consentimiento del padre. Este caso no solo se trata de una negligencia médica, sino también de una violación a los derechos de un menor que perdió la vida debido a una decisión irresponsable y sin supervisión. La familia de Paloma Nicole ahora busca justicia para que su muerte no quede impune.