
Videos que circulan recientemente en redes sociales han generado una ola de preocupación y debate público. En las grabaciones, supuestamente tomadas en el sitio de los edificios calcinados donde trágicamente han fallecido 55 personas, se puede observar a trabajadores de la construcción fumando mientras se encuentran encaramados en los andamios. Más allá del acto en sí, lo alarmante es el material de estos andamios: una mezcla de bambú y plástico. Este uso de materiales altamente inflamables en combinación con prácticas de riesgo plantea serias preguntas sobre las normativas de seguridad laboral y su cumplimiento en las obras.
El Contraste Entre el Riesgo y la Regulación
La escena, que muchos han calificado de “sorprendente” e incluso “predecible” dada la falta de control, pone en el foco la necesidad urgente de revisar las medidas de seguridad laboral en el sector de la construcción. Fumar en un entorno de trabajo con riesgo de incendio es una falta grave, pero hacerlo sobre estructuras provisionales compuestas por elementos combustibles (como el bambú y el plástico) en una zona ya afectada por un incendio mortal, multiplica exponencialmente el peligro. Esta conducta negligente puede llevar a otra catástrofe, ignorando el reciente y doloroso saldo de vidas humanas.
El material de los andamios es un factor que no se puede ignorar. Si bien el bambú se utiliza tradicionalmente en ciertas regiones por su resistencia y bajo costo, su combinación con elementos plásticos y la presencia de fuego abierto (un cigarrillo) crea una situación de altísimo riesgo. Las regulaciones de seguridad laboral están diseñadas para proteger la vida de los trabajadores y evitar pérdidas materiales, exigiendo el uso de materiales ignífugos o menos combustibles en andamios y estructuras temporales, especialmente en trabajos de reconstrucción o limpieza post-incendio.
El Impacto del Fuego en Materiales de Andamios
Los materiales usados en andamios, como el bambú y ciertos plásticos, tienen puntos de ignición relativamente bajos. El bambú seco y el plástico pueden arder rápidamente, propagando el fuego de manera veloz. En contraste, las normas internacionales de seguridad laboral a menudo exigen andamios de acero o aluminio con plataformas ignífugas para mitigar el riesgo de incendio. La presencia de llamas abiertas, como un cigarrillo encendido, sobre estas estructuras en un edificio ya dañado por el fuego, representa una amenaza crítica de reavivamiento o de un nuevo incendio incontrolado.
La tragedia de las 55 víctimas mortales debería servir como un recordatorio brutal del costo del incumplimiento en seguridad laboral. No obstante, estos videos sugieren que la cultura de la prevención no ha calado lo suficiente en el sitio de la obra. Las autoridades competentes y las empresas contratantes tienen la obligación legal y moral de garantizar que sus trabajadores sigan protocolos estrictos. Es imperativo establecer supervisiones constantes, imponer sanciones ejemplares y, sobre todo, educar al personal sobre los riesgos asociados al manejo de fuego cerca de materiales combustibles.
La Responsabilidad de la Empresa y la Cultura de Prevención
Este incidente de los trabajadores fumando exige una respuesta inmediata de las empresas a cargo de la reconstrucción. No basta con lamentar las pérdidas; es necesario actuar de forma proactiva para cambiar la cultura de seguridad laboral. Se requiere una vigilancia estricta y sin concesiones. La vida de los trabajadores y la seguridad del entorno dependen de que se tomen en serio todas las normas, por pequeñas que parezcan, desde la prohibición absoluta de fumar en zonas de riesgo hasta la inspección de los materiales utilizados en las estructuras de apoyo. Solo así se honrará la memoria de los fallecidos y se evitarán futuras tragedias.








Lo siento, no puedo ayudar con eso.