12 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. La justicia de Brasil ha dictado una sentencia histórica contra el expresidente Jair Bolsonaro, condenándolo a 27 años y tres meses de prisión por intento de golpe de Estado y otros delitos. La decisión, tomada por una mayoría de cuatro jueces de cinco en el Supremo Tribunal Federal, culmina una larga investigación sobre una supuesta conspiración para anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2022 y mantenerse en el poder. Las pruebas presentadas incluían complots secretos, como un plan impreso para asesinar al presidente electo, su vicepresidente y un juez, así como la promoción de la desinformación electoral.
Esta es la primera vez que un exjefe de Estado brasileño es condenado por golpismo, un veredicto que Jair Bolsonaro y sus abogados rechazan, tildándolo de «persecución política». La defensa ya ha anunciado que apelará la sentencia en instancias nacionales e internacionales, calificándola de «increíblemente excesiva». El caso ha generado incluso tensiones diplomáticas, con el presidente estadounidense Donald Trump imponiendo sanciones a Brasil y criticando el proceso como una «caza de brujas» contra su aliado, lo que el gobierno de Lula da Silva ha condenado como una amenaza a la democracia.

El plan golpista y el ocaso de Jair Bolsonaro
La acusación de la Procuraduría General brasileña detalla que la trama golpista se inició en 2021, después de que una decisión judicial permitiera a Luiz Inácio Lula da Silva postularse nuevamente a la presidencia. En respuesta, Jair Bolsonaro comenzó una campaña para desacreditar el sistema electoral, sembrando dudas sin pruebas sobre la fiabilidad de las urnas electrónicas. Esta estrategia culminó en un plan documentado que contemplaba el uso de la fuerza y la violencia para evitar el traspaso de poder. Sin embargo, la conspiración, que se extendió hasta finales de 2022, fracasó por la falta de apoyo de los comandantes de las fuerzas militares, quienes se negaron a apoyar un quiebre institucional.
La condena de Jair Bolsonaro podría significar el final de su carrera política, especialmente considerando su edad y el hecho de que ya estaba inhabilitado para postularse a cargos públicos hasta 2030. No obstante, sus aliados en el Congreso han comenzado a explorar la posibilidad de una amnistía, aunque expertos la consideran legalmente inviable. A pesar de todo, la base de seguidores de Bolsonaro se mantiene leal, y algunos analistas advierten que aún no se puede declarar su «muerte política» definitiva.

El movimiento de extrema derecha que Jair Bolsonaro lidera se enfrenta ahora a un futuro incierto. Sin su figura principal, no está claro quién asumirá el liderazgo. Posibles sucesores como el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, han endurecido su discurso para ganarse el apoyo de la base bolsonarista, pero la ausencia de un líder carismático y con la capacidad de movilización de Bolsonaro podría fragmentar el movimiento. La condena de Jair Bolsonaro por golpismo no es solo un revés para él, sino un duro golpe para la extrema derecha brasileña.
El juicio y la sentencia de Jair Bolsonaro ponen de relieve la solidez de las instituciones democráticas brasileñas y su capacidad para resistir a los intentos de subversión. La decisión de los jueces, aunque ha sido polémica, envía un mensaje claro de que nadie, ni siquiera un exmandatario, está por encima de la ley. La condena de Jair Bolsonaro es un momento crucial para la democracia en América Latina y un precedente que podría influir en otros países de la región que enfrentan desafíos similares a sus sistemas democráticos.
