
La investigación contra un sargento del Ejército de EE.UU. por supuesta distribución de tráfico de drogas en un club nocturno clandestino en Colorado derivó en la detención de decenas de indocumentados en un operativo de la DEA.
El sargento Juan Gabriel Orona Rodríguez, de 27 años y de origen puertorriqueño, se presentó este viernes en una corte federal de Colorado para responder por cargos de venta de narcotráfico.
El militar fue arrestado el pasado 27 de abril durante un operativo conjunto de varias agencias federales en el club nocturno Warike Events, que operaba sin licencia en Colorado Springs.
En ese operativo, se detuvieron a más de 120 personas, incluyendo decenas de indocumentados y 17 soldados compañeros de Orona Rodríguez.
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El militar, asignado a la base Fort Carson en Colorado Springs, a unos 100 kilómetros al sur de Denver, es la única persona, hasta el momento, detenida en Warike y acusada de cometer un delito por drogas.
Los investigadores informaron que Orona Rodríguez le había vendido cocaína a un agente encubierto de la DEA la semana del 21 de abril. La transacción habría sido de unos 15 gramos, con un costo de unos 450 dólares.
Además, el teléfono del soldado mostró mensajes de texto entre septiembre de 2024 y abril de 2025 que presuntamente demostrarían otras transacciones de sustancias controladas en las que habría participado.
Orona Rodríguez también está acusado de contratar ilegalmente a otros soldados de Fort Carson para trabajar en su tiempo libre en la empresa Immortal Security LLC como guardias de seguridad en Warike. El sargento aparece como uno de los directores de esa empresa.
Posteriores investigaciones determinaron que Virginia Thorne, suegra del militar, firmó hace cuatro meses el contrato de renta donde operaba Warike y ayudaba en su administración. También forma parte de Immortal Security.
Orona Rodríguez identificó en la corte a su suegra como “la responsable” de las actividades en el club nocturno no autorizado, así como de supervisar “en ocasiones” a los soldados contratados por la empresa de seguridad. La mujer no ha sido nombrada como sospechosa ni enfrenta cargos.
El sargento fue dejado este viernes en libertad condicional mientras se sigue su proceso en contra.
El operativo de la DEA, en el que participaron agentes de otras agencias federales como el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), sembró pánico en la comunidad porque se pensó que estaba dirigido a los indocumentados.
En total, 104 inmigrantes indocumentados fueron detenidos en el operatio. El ICE afirmó que el club tenía un historial “preocupante y prolongado”, con múltiples llamadas a las fuerzas del orden, incluyendo casos como tiroteos y asaltos graves.
Los inmigrantes detenidos provenían de diversos países, como Guatemala, Cuba, El Salvador, México, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Chile y Honduras.
Con información de EFE
Es bastante preocupante que una investigación sobre un militar por narcotráfico termine afectando a tantas personas indocumentadas. Lo que debería ser un enfoque en el crimen se convierte en una cacería de migrantes. Es como si se estuviera aprovechando la situación para hacer redadas, en lugar de centrarse en el verdadero problema. Esto solo añade más tensión y miedo a quienes ya están en una situación vulnerable.
Es bastante preocupante cómo un operativo que debería enfocarse en el narcotráfico terminó afectando a tantas personas que solo buscaban una mejor vida. Es injusto que se aprovechen de una situación para hacer redadas masivas, cuando muchos de esos migrantes no tienen nada que ver con el crimen. Al final, solo se genera más miedo y desconfianza en la comunidad.