
Por Daniel Zovatto
La próxima semana, en concreto el miércoles 30, se cumplirán 100 días desde que Donald Trump asumió su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, el pasado 20 de enero.
Durante este breve pero turbulento período, Trump y su gabinete de leales e incondicionales han adoptado decisiones que han sorprendido incluso a los observadores más experimentados: desde poner al Departamento de Eficiencia Gubernamental, liderado por Elon Musk, a reformar agresivamente la burocracia federal, hasta imponer fuertes aranceles a la mayoría de los socios comerciales del país, desatando una guerra comercial cuyo desarrollo aún es incierto.
El caos que emana hoy desde la Casa Blanca ya ha redefinido las relaciones de Estados Unidos tanto con sus aliados como con sus adversarios, y ha acelerado el deterioro de la percepción global sobre Washington.
Trump ha sellado acuerdos con varios países latinoamericanos para endurecer el control migratorio. El caso más emblemático es El Salvador, convertido en el “carcelero” de Trump en América Central y su aliado incondicional, que ha aceptado recibir a cientos de personas deportadas desde Estados Unidos—muchas de ellas sin el debido proceso—para ser ingresadas directamente en su sistema penitenciario. Como gesto de retribución, Trump le concedió a su presidente el honor de ser el primer mandatario de la región en ser invitado oficialmente a la Casa Blanca durante este segundo mandato.
En materia de política exterior, Trump presentó a Ucrania una “oferta final” de paz que contempla concesiones tangibles que, de ser aceptadas, beneficiarían directamente a Vladimir Putin. Al mismo tiempo, su administración dio el primer golpe en una guerra comercial con China, imponiendo un arancel mínimo del 145% a la mayoría de los productos chinos que ingresan al mercado estadounidense.
En este último punto, persisten versiones contradictorias: mientras Trump afirma estar en contacto con Xi Jinping, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino asegura que no existe actualmente ningún diálogo ni negociación en curso entre ambos mandatarios. Adicional a los temas recién mencionados, Trump ha impulsado también otras dos iniciativas: recuperar el canal de Panamá y comprar la isla de Groenlandia. Ambos temas han generado alto niveles de tensión política tanto en Panamá, como en Groenlandia y Dinamarca. De momento, ambas cuestiones siguen abiertas.
La siguiente semana desde Radar Latam 360 se dará amplia cobertura a este acontecimiento: el balance de los primeros 100 días.
Es preocupante ver cómo la situación en la Casa Blanca afecta la imagen de Estados Unidos en el mundo. La política exterior no debería ser un juego de caos y desorden, ya que eso solo genera más tensiones y desconfianza entre países. Es clave que se trabaje en construir relaciones sólidas y estables, en lugar de dejar que la situación se convierta en un circo.
Es preocupante ver cómo la situación en la Casa Blanca afecta la imagen de Estados Unidos en el mundo. La falta de claridad y el caos pueden hacer que otros países pierdan confianza en sus decisiones. Es importante que haya un liderazgo más estable y coherente para que las relaciones internacionales no se vean tan dañadas.