

La Corte Suprema de Justicia de #Argentina anuló la condena de 25 años de prisión contra el sacerdote #JustoJosé Ilarraz, quien había sido declarado culpable de abusar sexualmente de al menos siete menores mientras era formador de seminaristas en Paraná. Esta decisión ha generado una ola de indignación, no solo entre las víctimas y organizaciones defensoras de derechos humanos, sino también en buena parte de la sociedad.
Ilarraz ya había sido expulsado del estado clerical por el Papa Francisco, un hecho que confirmaba la gravedad de las acusaciones en su contra. Sin embargo, la Corte Suprema determinó que durante el juicio hubo errores procesales que afectaron el derecho a la defensa del acusado. Esta resolución no significa que sea inocente, pero sí que el proceso judicial deberá ser revisado.
La noticia cayó como balde de agua fría para las víctimas, muchas de las cuales esperaron décadas para obtener justicia. Sus testimonios detallaban abusos cometidos entre 1985 y 1993, cuando eran menores de edad y estaban bajo el cuidado del sacerdote. En 2018, Ilarraz fue hallado culpable por un tribunal de Paraná, pero con esta decisión, todo el juicio podría quedar sin efecto.
Organizaciones como Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico han calificado el fallo como un retroceso alarmante en la lucha contra la impunidad. También advierten que podría sentar un precedente peligroso que afecte a otros casos similares en el país. Para muchas personas, esta decisión muestra una justicia que aún protege a los poderosos, incluso cuando hay pruebas contundentes.
La anulación de la condena también pone en el centro del debate el rol de la Iglesia Católica en la protección de menores. Aunque el Vaticano tomó medidas contra Ilarraz, su caso demuestra que las sanciones eclesiásticas no siempre se reflejan en la justicia civil. La sociedad argentina, que ha avanzado en la denuncia de abusos dentro de instituciones religiosas, ve con preocupación este tipo de reveses judiciales.
Es genial ver que se están tomando medidas para cuidar el medio ambiente, pero a veces siento que se quedan cortas. Necesitamos acciones más contundentes y rápidas para realmente hacer una diferencia.
Me parece bien que se hable de estos temas, pero a veces siento que falta más profundidad. Se quedan en la superficie y no se exploran las cosas como se deberían.