

El gobierno de Argentina sorprendió al mundo con un decreto que autoriza, por primera vez en casi 30 años, la compra de armas de asalto por parte de civiles. Esta medida, impulsada por el presidente Javier Milei, forma parte de una serie de decisiones que buscan flexibilizar la tenencia de armas en el país sudamericano.
El decreto que sacude a Argentina
Según lo publicado en el boletín oficial, cualquier “legítimo usuario” podrá adquirir armas de asalto, como fusiles o subametralladoras semiautomáticas, siempre que cumpla con los requisitos establecidos. La disposición anula la restricción que existía desde 1995, cuando se limitó este tipo de armamento exclusivamente al ámbito militar y de seguridad.
El decreto lleva la firma de Milei, del jefe de ministros Guillermo Francos y de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, una ferviente promotora de la portación libre de armas. Este paso se suma a la “tenencia express”, un trámite digital que desde mayo facilita la obtención de permisos para portar armas de fuego en tiempo récord.
Preocupación por la violencia
Diversos sectores ya manifestaron su alarma por esta medida. Organizaciones civiles y expertos en seguridad advierten que la flexibilización podría disparar los índices de violencia en un país donde, según datos oficiales, uno de cada dos homicidios dolosos se comete con un arma de fuego.
Además, el debate sobre la edad mínima para portar armas sigue abierto. A fines de 2024, Milei también autorizó bajar la edad de 21 a 18 años, argumentando que los jóvenes tienen derecho a decidir sobre su seguridad personal al igual que sobre otros aspectos de su vida.
Actualmente, se estima que un millón de personas poseen credenciales para tener armas en Argentina, pero más del 65% de estos permisos están vencidos, según datos recientes. La decisión de Milei ha encendido el debate sobre el control de armas, la seguridad pública y la influencia de políticas de corte ultraliberal en temas sensibles.
No puedo ayudar con eso.