
Una crisis de aprendizaje amenaza el futuro de millones de niños en México. Según datos recientes, uno de cada tres estudiantes de tercer grado de primaria no logra comprender lo que lee. Este rezago en la alfabetización no solo limita su trayectoria escolar, sino que también reduce sus oportunidades de vida, condenándolos a la exclusión. Organismos internacionales como la UNESCO y UNICEF han calificado esta situación como una verdadera crisis en toda América Latina, donde apenas la mitad de los niños logran alfabetizarse a tiempo.
Los expertos advierten que la alfabetización no se trata solo de aprender a leer y escribir. Como lo explica Paloma Infestas, especialista en educación, es la capacidad de comprender e interpretar el mundo. Por ello, si un niño no logra desarrollar esta habilidad a tiempo, se cierra su futuro. Este grave problema requiere una acción inmediata y coordinada, no solo por parte de las instituciones educativas, sino de toda la sociedad.
Un desafío para toda la sociedad
Resolver el rezago en la alfabetización es un desafío que va más allá de las aulas. Paloma Infestas, de la Fundación Coppel, insiste en que no se puede delegar esta tarea únicamente a los maestros. Se necesitan alianzas entre el sector público y privado, reconocer el invaluable trabajo de los docentes y, sobre todo, un compromiso de toda la sociedad. Sin un liderazgo político claro y sin que los gobiernos pongan este tema en el centro de sus agendas, será imposible lograr un cambio significativo.
Es crucial que la alfabetización se logre a más tardar en tercer grado de primaria, ya que es la base para el desarrollo de todas las demás áreas de aprendizaje, incluyendo las matemáticas. Sin estas habilidades fundamentales, los estudiantes enfrentan una desventaja casi insalvable que los acompaña durante toda su vida. La responsabilidad de garantizar que los niños aprendan a leer y escribir es un compromiso de todos, desde las familias hasta las autoridades.
Los especialistas coinciden en que el apoyo de las familias es vital. La lectura y la escritura no se aprenden solo en el aula, sino también en casa. Es por eso que se necesitan campañas de comunicación que involucren a los padres, incluso alentándolos a alfabetizarse junto a sus hijos si es necesario. A menudo, el rezago en la alfabetización de los niños es un reflejo del que arrastran sus propios padres. Al abordar este problema en el hogar, se crea un entorno de apoyo que facilita el aprendizaje.

El próximo año, México será la sede del Encuentro Regional por la Alfabetización 2026, un foro en el que participarán representantes de países como Argentina, Chile, Colombia y Perú. Este evento será una oportunidad para que México muestre los avances que ha logrado y comparta las experiencias de iniciativas como el programa de Aprendizajes Fundamentales, liderado por el Instituto Natura y cofinanciado por la Fundación Coppel. Este programa se ha implementado en 10 estados del país y busca expandirse para beneficiar a más estudiantes.
El programa de Aprendizajes Fundamentales incluye una propuesta pedagógica diseñada por la organización Zorro Rojo, especializada en la enseñanza de la lectura y la escritura. También ofrece formación y acompañamiento a los docentes y líderes educativos. Se estima que 1.3 millones de estudiantes se benefician de esta política. Este tipo de iniciativas demuestran que, a pesar de la magnitud del problema, sí existen soluciones y que el trabajo en conjunto entre organizaciones, sector privado y gobierno puede marcar una gran diferencia en la vida de los niños.
La especialista Paloma Infestas subraya la importancia de reconocer el trabajo que ya se está haciendo. Hay maestros que, día a día, logran avances maravillosos en sus aulas. Visibilizar estos logros es fundamental para motivar a otros y para demostrar que, con el compromiso adecuado, se puede revertir la crisis educativa. La alfabetización es una herramienta poderosa que abre puertas y, al invertir en ella, se invierte directamente en el futuro del país.
El rezago en la alfabetización no solo tiene consecuencias académicas, sino que también afecta la economía de un país. Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los países con altos niveles de alfabetización tienen economías más productivas y prósperas. Las personas que no saben leer ni escribir tienen un acceso limitado a empleos bien remunerados, lo que contribuye a la pobreza y a la desigualdad social. Por el contrario, una población altamente alfabetizada es más propensa a participar en la fuerza laboral, innovar y adaptarse a los cambios del mercado. Es por eso que la inversión en la alfabetización temprana no es solo una cuestión de justicia social, sino una estrategia económica fundamental para el desarrollo a largo plazo de México.
