
El Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió este viernes mantener el bloqueo que impide al presidente, Donald Trump, utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros, una legislación usada en tiempos de guerra, para deportar a migrantes venezolanos a los que acusa de ser criminales.
El alto tribunal estipuló que el bloqueo permanecerá vigente mientras un tribunal inferior, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito, examina las alegaciones presentadas por migrantes y defensores de los derechos humanos.
En su red social, Truth Social, el líder republicano criticó la decisión judicial.
¡La Corte Suprema no nos permitirá sacar a los criminales de nuestro país!”, dijo en un mensaje escrito todo en mayúsculas.
La Administración de Trump había pedido el martes al Supremo que le permitiera reanudar la expulsión de más de 200 migrantes venezolanos que están retenidos en un centro de detención de Texas y a quienes acusa de ser miembros de la banda criminal del Tren de Aragua.
El Gobierno republicano ha intentado invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, diseñada para tiempos de guerra, para acelerar los procesos de deportación, argumentando que Estados Unidos sufre una “invasión”, pero ha habido una disputa legal al respecto.
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El pasado 19 de abril, el Supremo ya frenó la deportación de un grupo de migrantes que el Gobierno pretendía expulsar en virtud de esa ley.
Estados Unidos tiene un acuerdo con el Gobierno de El Salvador para utilizar la cárcel de máxima seguridad del país centroamericano, el Cecot, para encarcelar allí a migrantes detenidos en territorio estadounidense.
El Gobierno de Trump ha enviado a esta cárcel a más de 200 migrantes, en su mayoría venezolanos, acusándolos de pertenecer al Tren de Aragua, pero según sus familias y análisis independientes, la gran mayoría no tiene antecedentes penales.
Con información de EFE.
Es bueno que haya un límite a lo que se puede hacer con las leyes de guerra. Deportar a personas que huyen de situaciones difíciles no parece la solución más humana. La gente busca un lugar seguro y es importante que se les trate con respeto y dignidad.
Es bueno que el Supremo mantenga ese veto. Deportar a personas que huyen de situaciones difíciles no parece justo. Hay que recordar que muchos venezolanos están buscando una vida mejor, y usar una ley de guerra para tratar de expulsarlos no suena ni correcto ni humano.