
Se despide una figura hist贸rica
A los 89 a帽os falleci贸 Jos茅 Mujica, ex presidente de Uruguay y uno de los personajes m谩s queridos y reconocidos de la izquierda latinoamericana. Su muerte se confirm贸 este martes tras una dura lucha contra un c谩ncer que comenz贸 en el es贸fago y se extendi贸 hasta el h铆gado. Fiel a sus convicciones, Mujica hab铆a anunciado que no se someter铆a a tratamientos agresivos, debido a su edad y calidad de vida.
Mujica rechaz贸 tratamiento por decisi贸n personal
El propio Mujica hab铆a compartido con el pueblo uruguayo que no tem铆a a la muerte, y que aceptaba con serenidad el diagn贸stico que lo acompa帽贸 durante los 煤ltimos meses. En lugar de hospitales, eligi贸 seguir en su hogar, rodeado de afecto, con la misma humildad que lo caracteriz贸 siempre. Su 煤ltimo deseo era alcanzar los 90 a帽os, una meta que no logr贸 por apenas una semana.
Pepe, como muchos lo llamaban con cari帽o, fue un referente de lucha, austeridad y discurso sencillo, alejado de los lujos del poder. Viv铆a en una chacra humilde, conduc铆a su viejo escarabajo y donaba gran parte de su sueldo como presidente. Esa autenticidad lo convirti贸 en 铆cono global de la izquierda progresista, admirado por l铆deres y ciudadanos de todo el mundo.
Su historia tambi茅n estuvo marcada por su pasado como guerrillero del Movimiento de Liberaci贸n Nacional-Tupamaros, por lo que pas贸 m谩s de una d茅cada en prisi贸n durante la dictadura uruguaya. Tras recuperar la libertad, se convirti贸 en senador, luego ministro, y finalmente presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, siendo uno de los m谩s populares de la regi贸n.
Durante su mandato impuls贸 pol铆ticas sociales progresistas, como la legalizaci贸n del matrimonio igualitario, el aborto y la marihuana, lo que coloc贸 a Uruguay en el foco internacional. Sin embargo, siempre dec铆a que su legado m谩s importante era haber sido fiel a sus ideales sin renunciar a la humildad.
Es genial ver que se est谩n tomando medidas para cuidar el medio ambiente, pero a veces siento que se quedan solo en palabras y no en acciones concretas. Necesitamos m谩s compromisos reales y menos promesas vac铆as.