
El sábado 5 de julio de 2025, París vivió un momento histórico: por primera vez desde 1923, los parisinos y turistas pudieron nadar en el río Sena. Este acontecimiento marca el resultado de un ambicioso proyecto de limpieza y adaptación urbana que comenzó con los Juegos Olímpicos de 2024.
Las autoridades han habilitado tres zonas específicas para el baño en el Sena: Bras Marie, frente a la isla de Saint-Louis; Bercy, cerca de la Biblioteca Nacional; y Grenelle, frente a la Isla de los Cisnes, cerca de la Torre Eiffel. Estas áreas están equipadas con pontones, escaleras, duchas y vestuarios, y se ofrecen de forma gratuita al público. Para garantizar la seguridad, se requiere que los bañistas tengan al menos 14 años y midan 1,40 metros. Además, el uso de flotadores es obligatorio, y cada zona cuenta con al menos tres socorristas presentes en todo momento.
La reapertura del Sena para el baño fue prometida como legado de los Juegos Olímpicos de París 2024. La alcaldesa Anne Hidalgo expresó: «Es un sueño de infancia conseguir que la gente pueda bañarse en el Sena». Este proyecto responde también a la necesidad de adaptación al cambio climático en la capital francesa, que esta semana rozó los 40°C debido a una ola de calor.

Para hacer posible este proyecto, se realizaron inversiones por más de 1.400 millones de euros en obras de saneamiento y captación de aguas residuales. Se construyeron depósitos subterráneos, como el de Austerlitz, diseñados para almacenar el exceso de agua de las tormentas y evitar que se vierta al Sena sin tratar. Gracias a estas mejoras, la calidad del agua ha mejorado significativamente, permitiendo su uso recreativo en condiciones seguras.
Aunque el baño en el Sena es ahora posible, las autoridades han implementado estrictas medidas de seguridad. Además de los socorristas, se utilizan banderas de colores para indicar la calidad del agua: verde (buena), amarilla (aceptable) y roja (prohibido). En caso de bandera roja, el baño está prohibido. También se realizan análisis instantáneos del agua y se monitorea el tráfico fluvial para garantizar la seguridad de los bañistas.
Las zonas de baño estarán abiertas hasta el 31 de agosto de 2025, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan. Se espera que, en el futuro, se habiliten más áreas para el baño en el Sena, tanto en París como en sus alrededores. Además, se están realizando esfuerzos para mejorar la calidad del agua en otras partes del río, como el Marne, principal afluente del Sena.
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