
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, descartó devolver el estatus oficial al idioma ruso, pese a los llamados de diversos sectores que consideran que la medida podría ayudar a reducir tensiones internas. La decisión contrasta con el Artículo 10 de la Constitución del país, que establece la protección y el uso de lenguas minoritarias, entre ellas el ruso.
La determinación llega en un contexto marcado por la guerra y la búsqueda de consolidar una identidad nacional unificada. Desde 2014, Kiev ha impulsado políticas que limitan el uso del idioma ruso en espacios públicos, educación y medios de comunicación, bajo el argumento de reforzar la soberanía cultural del país frente a la influencia de Moscú.
Restricciones al idioma ruso
En varias regiones del sur y el este de Ucrania, donde gran parte de la población se comunica en ruso en su vida cotidiana, las restricciones han sido vistas como una imposición. Para muchos ciudadanos, el idioma ruso no solo es un medio de comunicación, sino también parte de su identidad cultural y familiar. Organismos internacionales han advertido que tales medidas podrían profundizar las divisiones sociales.
La controversia también se refleja en el ámbito educativo. Con la reforma de 2020, el ruso perdió presencia en escuelas y universidades, siendo sustituido en gran medida por el ucraniano. Esto generó protestas de comunidades locales y de padres de familia que consideran que sus hijos están siendo privados de estudiar en su lengua materna.
Debate internacional por la lengua rusa
La postura de Zelenski ha llamado la atención de la comunidad internacional. Organismos europeos de derechos humanos han señalado que Ucrania debería garantizar la diversidad lingüística para cumplir con estándares internacionales. Sin embargo, las autoridades ucranianas sostienen que reducir el uso del idioma ruso en la vida oficial es clave para evitar manipulaciones políticas y preservar la unidad del Estado.