
LONDRES, Inglaterra (EFE).— El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, sostuvo ayer reuniones con el primer ministro británico, Keir Starmer, y con el rey Carlos III durante una visita oficial al Reino Unido, previa a su participación en la cumbre de la OTAN en La Haya.
La Casa Real británica informó que el monarca recibió a Zelenski con una comida privada en el Castillo de Windsor. La audiencia fue calificada por el mandatario ucraniano como un “honor”, y agradeció a la familia real y a la sociedad británica su respaldo continuo en medio del conflicto con Rusia.
Luego del encuentro con el rey, Zelenski fue recibido por Starmer en el número 10 de Downing Street, donde se desplegó la alfombra roja y ambos se saludaron efusivamente. “La seguridad de Ucrania es nuestra seguridad”, escribió el jefe de gobierno en redes sociales.
En la reunión se lograron acuerdos clave para la producción conjunta de drones interceptores y de largo alcance, así como para fortalecer la defensa aérea ucraniana. Zelenski calificó el encuentro como “positivo” y destacó el compromiso británico para brindar apoyo financiero estable a proyectos estratégicos.
Contra el terrorismo
El presidente ucraniano enfatizó la necesidad de elevar las sanciones contra Rusia, particularmente en sectores estratégicos como el energético, bancario, la flota fantasma y las empresas vinculadas a la fabricación de drones y misiles.
“Todo lo que ayude a Putin a producir más armas debe ser bloqueado”, recalcó Zelenski tras la reunión con Starmer, al insistir en que la presión internacional es clave para frenar la ofensiva rusa y encaminarse hacia una solución pacífica.
Es genial ver que Zelenski recibe apoyo de Reino Unido, pero a veces me pregunto si estas reuniones realmente llevan a algo concreto o solo son buenas fotos para los medios. La situación en Ucrania necesita más que palabras de aliento.
Es bueno ver que Ucrania sigue recibiendo apoyo de otros países, especialmente en momentos tan difíciles. Sin embargo, a veces parece que las palabras no son suficientes y se necesita acción real para ayudar a la gente que está sufriendo.