Yard Act, la fascinante banda de Leeds que apenas en 2022 nos sorprendió con su maravilloso disco debut The Overload, nos presenta el seguimiento a su particular visión de un mundo decadente, irónico y en una crisis absoluta con Where’s My Utopia, su segundo material discográfico (de este lado les contamos más sobre la agrupación).
Su sentido del humor es extrañamente esperanzador, y nos repiten una y otra vez que frente a la tragedia global, quizás solo nos queda bailar y escuchar unos buenos guitarrazos y letras sarcásticas. Para este disco, el cuarteto se alía en producción con Remi Kabaka Jr. (Gorillaz, Bobby Womack) y se nota bastante a lo largo del disco que hay más presencia de sintetizadores y hasta líneas de bajo bailables, lo que resulta una sorpresa contrastante para una banda considerablemente fatalista.
La combinación entre géneros de Yard Act nos mantiene atentos a cada segundo del disco, y aunque el rock continúa siendo la constante, es alucinante todo lo que incorporaron en este material discográfico.
Yard Act mantiene su esencia con una producción fascinante
La abridora “An Illusion” ya nos permite escuchar que la banda se exigió muchísimo así mismos, y ahora se adentran en otros géneros, que inclusive pueden ser combinados en una sola rola. Esta canción agrega coros de apoyo, una especie de jazz relajado en los versos y hasta cuerdas orquestales. No en vano, Remi Kabaka Jr. se unió para este álbum de Yard Act.
La producción es un collage que ahora tiene scratcheos de DJ en los platos, y hay que darle varias escuchadas al disco para percatarse de algunos detalles. Para “Down by the Stream”, una línea de bajo de Ryan Needham es la base de una locura de tema, con cuerdas en sampleo y hasta escuchamos un saxofón sutil de fondo.
El post-punk minimalista con apenas una guitarra y un bajo ahora trae muchísimos elementos que apoyan la música de Yard Act. Justo cuando crees que algo será tan simple y directo como en rolas de su disco debut, nos sorprende la incorporación de percusiones novedosas, coros y cuerdas. Hay bastantes intromisiones de versos hablados por personas distintas a la de James Smith.
El post-punk se encuentra con la música disco
Yard Act se puso más bailable para Where’s My Utopia y grandes canciones como “We Make Hits” y la divertidísima “Dream Job” muestran que no hay que hacer todo en rock intenso o tétrico, sino que la sátira social es quizás más incendiaria cuando se hace en rolas que pueden poner a bailar a su público.
La letra sobre la vida laboral, los miedos y ansiedades de vivir en sociedad y el poco sentido que tiene todo ahora se vuelven una comedia frontal y no tanto una tragedia, como lo planteaba un primer disco que necesitaba mucha más lectura entre líneas para notar que era una burla escondida.
Aún con referencias tan directas, otras rolas en este disco de Yard Act pronto incorporan progresiones de sintetizadores que invitan a moverse, como en “The Undertow”, brillantemente producida, con progresiones de cuerdas que nos recuerdan a la música disco.
Hasta al afrobeat le entró la banda con “Blackpool Illuminations”, la canción más importante del disco en palabras de James. El cambio en la rola nos demuestra que Yard Act busca las posibilidades dentro de una rola para llevarla a sus límites.
Este rap hablado sobre la vida personal del vocalista, resulta sumamente profundo y liberador, en tanto que él mismo reconoce no buscar Utopía, sino construirse la propia. Aquí se nota la influencia de Kabaka Jr., quien también ha tocado batería con Gorillaz y es un genio en las percusiones.
Historias cínicas pero hipnotizantes
Desde su debut, los Yard Act nos presentaron personajes y situaciones que se pueden relacionar con nuestras circunstancias, y además lo aderezan con una comedia que les da mucha identidad como banda. Como detalle, sus videos están ligados y presentan historias paralelas a las letras, sobre persecución de una misteriosa mujer que no forma parte de la banda.
La dosis se repite para este segundo disco, pero notamos un disco más acelerado que el anterior y el contraste con las letras se nota más cuando construyen historias sobre la gris vida cotidiana de oficinas y la inminente muerte en canciones bailables como “Trench Coat Museum” y “Dream Job”.
Ya como una banda que ha atraído al mundo, James habla de los problemas personales y el cansancio que significa estar de gira y tener que tocar frente al público noche tras noche. Esto quedó plasmado en “Petroleum”, que más allá de tener un coro pegajoso, tiene una letra intensa sobre alcanzar los sueños pero pagar un precio por ellos.
La intensa “Grifter’s Grief” encuentra a James hablando sobre lo que le cuesta aceptar que debe de viajar por todo el mundo en avión mientras el mundo está ardiendo. Su papá le dijo que es lo que tiene que hacer para trabajar, aunque parece que esto es algo que no le preocupa mucho a Taylor Swift y otras celebridades que se la pasan contaminando.
Where’s My Utopia es un raro caso en el que la banda promesa entrega un segundo disco buenísimo, y en lugar de decepcionar, nos sigue atrapando con cada lanzamiento. Ahondando en sus ideas y expandiendo su paleta de sonidos, tienen un compromiso con su visión del mundo y tan solo podemos darle vueltas a este álbum y esperar su primer show en solitario en nuestro país el próximo 19 de octubre en el Foro Puebla.
Yard Act lanzó varias ediciones físicas del disco, incluyendo casetes y viniles. De hecho, hay una edición en la que la portada es personalizable con stickers e inclusive tiene un arte firmado por ellos. Todo está disponible ya a través del sitio web de la agrupación (por acá se los dejamos) y pueden encontrar boletos para su presentación en la CDMX de este lado.
The post Yard Act se burla de la sociedad (y de ellos mismos) con un rock experimental en ‘Where’s My Utopia’ appeared first on Sopitas.com.