
En una reciente publicación en Instagram, Ximena Navarrete compartió una imagen que enterneció a sus seguidores: su hijo más pequeño, Santiago, a punto de cumplir cuatro meses, aparece en un mameluco tejido con estampado de ositos, luciendo risueño ante la mirada atenta de su madre. La instantánea resalta el brillo en sus ojos y lo “despierto” que luce, lo que invita a pensar que el bebé está muy activo y mostrando ya rasgos de personalidad propios.
En el contexto de su maternidad, la ex Miss Universo ha mostrado que su rol como madre es hoy su título más importante. Hace días celebró los 15 años de su coronación con una publicación donde aparece con sus tres hijos —Ximena, Juan Carlos y Santiago— y con una reflexión emotiva sobre cómo se imaginaba su vida tiempo atrás. En la descripción, afirmó que no hay logro más gratificante que ver crecer a sus hijos, un papel que describe como el más pleno y valioso.
La figura del bebé Santiago se ha convertido en el centro de cientos de mensajes de admiración en redes sociales. Muchos seguidores comentan la ternura de los gestos del pequeño y lo mucho que ha crecido desde su nacimiento en mayo. Esta reacción demuestra no solo cariño hacia él, sino también un interés genuino en la cotidianidad de Ximena como madre, tan ligada a lo familiar y auténtico.
La magia de ser madre
Navarrete ha enfatizado que aunque su coronación como Miss Universo marcó un antes y un después en su vida, la maternidad le ha dado un sentido más profundo a su existencia. Ella misma dijo que la imagen de su vida dentro de quince años se parece mucho a la realidad que vive ahora: rodeada de sus tres hijos, siendo mamá es lo que más la llena.
Este tipo de publicaciones muestran una faceta más íntima y cálida de las celebridades, y en este caso, Ximena no solo comparte una foto: comparte valores, prioridades y emociones. La admiración hacia ella no solo se basa en belleza o fama, sino en la conexión que logra generar al mostrarse natural, presente para sus hijos.