
12 DICIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- Washington enfrenta una situación crítica tras las fuertes inundaciones que han provocado un estado de emergencia declarado este miércoles. Las autoridades advirtieron que el escenario podría empeorar significativamente, pues el Servicio Nacional de Predicción Hídrica anticipó la posibilidad de 18 inundaciones graves y 15 moderadas en toda la región. Ante ello, el gobernador Bob Ferguson alertó que hasta 100.000 residentes podrían recibir órdenes de evacuación en las próximas horas.
Las intensas lluvias que afectaron al estado han desbordado ríos, provocado deslizamientos y dejado a numerosos habitantes atrapados, obligando a movilizar operaciones de rescate en varias zonas afectadas.

Las comunidades más vulnerables han experimentado interrupciones masivas, desde carreteras cerradas hasta la suspensión de la circulación ferroviaria entre Seattle y Vancouver. La declaración oficial del estado de emergencia fue acompañada de un mensaje contundente: “Habrá vidas en juego en los próximos días”. Según reportes locales, la situación continúa empeorando y exige una respuesta coordinada entre autoridades estatales, equipos de rescate y voluntarios. Las inundaciones también han puesto en evidencia la fragilidad de la infraestructura ante fenómenos meteorológicos cada vez más extremos.
En la llanura aluvial del río Skagit, cientos de residentes permanecen evacuados debido a la crecida inusual del caudal. De acuerdo con el gobernador, la situación representa un riesgo inmediato, especialmente para quienes viven cerca de los ríos que podrían desbordarse nuevamente. Al mediodía del jueves, casi 16.000 hogares se encontraban sin electricidad, complicando aún más los esfuerzos de emergencia.
Mientras tanto, la carretera US2 mantiene su cierre total por la acumulación de roca, lodo y árboles, lo que ha dificultado el acceso de los equipos de rescate.

Las predicciones indican que el río Skagit podría alcanzar niveles históricos en Concrete y Mount Vernon, ciudades que ya han sido golpeadas por inundaciones en el pasado. A pesar de contar con un muro de contención construido en 2018, la población mantiene la preocupación sobre un posible desbordamiento. En Burlington, aunque los diques parecen resistir, las autoridades reconocen que la situación sigue siendo incierta.







