
1 SEPTIEMBRE 2025- INTERNACIONALES-Un terrible suceso ha conmocionado a la ciudad de Manresa, en España. Durante la madrugada de la Fiesta Mayor, los Mossos d’Esquadra detuvieron a un hombre de 35 años por una brutal violencia de género. El agresor apuñaló a su mujer y luego la arrojó por una ventana de cuatro metros de altura. La víctima fue trasladada de urgencia a un hospital, donde afortunadamente se recupera de las graves heridas. El hecho es aún más alarmante si se considera que el atacante tenía antecedentes penales y una orden de alejamiento vigente.
El ataque, que ocurrió cerca de las 6:00 de la mañana en la plaza de Sant Ignasi, dejó a la comunidad consternada. Los vecinos y asistentes de la fiesta se vieron sorprendidos por un acto de violencia de género que se desarrolló en un entorno que se supone de celebración y alegría. Este evento subraya la cruda realidad de que la violencia machista no distingue lugar ni momento, y puede estallar incluso en los espacios más públicos y festivos. La policía actuó con rapidez, logrando la detención del presunto agresor a poco más de una hora del incidente, un factor clave para evitar que el agresor se diera a la fuga.

Detención y trágicos antecedentes
El agresor, de 35 años, fue capturado por los Mossos d’Esquadra en una gasolinera cercana a la vivienda de la víctima. La Policía de la Generalitat lo acusa de intento de homicidio doloso, violencia de género y el quebrantamiento de la orden de alejamiento. Este último delito agrava considerablemente su situación legal, ya que el agresor estaba legalmente impedido de acercarse a la víctima. En las próximas horas, el detenido pasará a disposición judicial para responder por esta grave agresión, en un caso que se espera sea ejemplar para prevenir futuros crímenes.
El suceso de Manresa pone en evidencia una dolorosa realidad en España: la violencia de género sigue siendo una lacra social. En lo que va de 2025, se ha registrado la mitad de las víctimas mortales de 2024, que cerró con 48 mujeres asesinadas. Desde 2003, el número de víctimas mortales por esta causa asciende a 1,318. A pesar de que el número de mujeres víctimas de violencia ha disminuido ligeramente, la tasa de 1.6 por cada mil mujeres sigue siendo alarmante, y cada caso, como el de Manresa, nos recuerda que el problema persiste y que las medidas de protección aún son insuficientes.

La noticia resalta un dato especialmente preocupante: de las víctimas mortales registradas en 2025, solo cuatro habían denunciado previamente a su agresor. Esta estadística, proporcionada por el Ministerio de Igualdad, subraya la importancia de que las víctimas se sientan lo suficientemente seguras para alzar la voz. El caso de Manresa es un llamado a la acción para fortalecer los sistemas de detección temprana y a construir una red de apoyo más sólida que brinde confianza a quienes viven en una situación de peligro. Es un recordatorio crítico y constructivo de que la lucha contra la violencia de género no se limita a la detención de los agresores, sino que se centra en el acompañamiento a las víctimas.