
Ciudad de México. – México no solo es un destino turístico, sino un fenómeno global. Así lo afirmó la candidata presidencial Claudia Sheinbaum en la conferencia matutina, al señalar que el país «está de moda» por una convergencia de factores históricos, sociales y políticos. Esta popularidad no se debe a una campaña publicitaria, sino a la fuerza de su legado cultural, el reconocimiento a sus pueblos originarios y afromexicanos, y un proceso político que ha capturado la atención internacional.
El Legado Cultural y el Reconocimiento a las Raíces
Uno de los pilares que, según Sheinbaum, coloca a México en la mira del mundo es su profundo legado cultural. Desde las imponentes zonas arqueológicas hasta la vasta tradición gastronómica y artesanal, el país ofrece una riqueza que atrae a viajeros y académicos por igual. Este atractivo se refuerza con el reconocimiento oficial y el respeto creciente hacia sus pueblos originarios y afrodescendientes.
El reconocimiento de las raíces mexicanas, que antes eran invisibilizadas, ahora es un activo que proyecta una imagen de inclusión y orgullo. El rescate y la difusión de las lenguas, las costumbres y las cosmovisiones de los pueblos originarios no solo es un acto de justicia social, sino una fuente inagotable de riqueza cultural que distingue a México en el panorama mundial.
La Elección de una Mujer Presidenta y el Proceso Político Actual
Otro factor que ha puesto a México «de moda» es la trascendencia de su proceso político actual. La consolidación de la democracia y la posibilidad real de elegir a una mujer Presidenta han generado un enorme interés internacional. Este hito simboliza un avance significativo en la equidad de género y es un espejo para otras naciones en vías de desarrollo.
El proceso democrático mexicano y la generosidad de su pueblo, mencionada por Sheinbaum, se perciben como elementos de estabilidad y cambio. El valor agregado a esta narrativa es que este proceso de transformación política ha estado acompañado de una notoria inversión en becas y programas sociales para jóvenes y adultos mayores. Esta combinación de legado cultural con justicia social es lo que hace que México sea visto no solo como un destino, sino como un modelo de cambio.
La generosidad del pueblo mexicano, un valor arraigado en la hospitalidad y la solidaridad, es un elemento intangible que potencia el atractivo del país. Esta característica se traduce en experiencias positivas para los viajeros y en una imagen de calidez humana que pocas naciones pueden ofrecer. Esta hospitalidad es un pilar fundamental en la experiencia de la cultura mexicana.
El hecho de que el país sea un referente político y cultural es un gran motor para el turismo y la inversión. La atención global se traduce en oportunidades para que los productos, el arte y la cultura mexicana se posicionen con mayor fuerza en los mercados internacionales. La moda de México es una oportunidad para redefinir su imagen ante el mundo.
En conclusión, la popularidad de México, según Sheinbaum, es multifactorial: una base cultural sólida, el reconocimiento a sus pueblos originarios, y una transformación política liderada por la esperanza de una mujer Presidenta. El país se encuentra en un momento de efervescencia donde su legado histórico se une a un futuro de cambio y justicia social, atrayendo todas las miradas.







