
Un llamado entre lágrimas por los niños palestinos
El embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, rompió en llanto mientras denunciaba la muerte de más de 1.300 niños palestinos desde marzo. Durante su discurso, hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para que no ignore la tragedia que está viviendo el pueblo palestino.
Más de 1.300 niños han muerto en medio del conflicto, según denunció Mansour. Con la voz entrecortada, aseguró que estas cifras no son solo números, sino pequeñas vidas perdidas por la violencia y la desesperación. El embajador lamentó que el mundo no actúe con rapidez ante esta situación tan grave.
El hambre, otra forma de sufrimiento
Además de los fallecimientos, Mansour habló sobre el hambre que azota a miles de familias palestinas. Afirmó que hay niños que mueren lentamente, no por bombas, sino por la falta de alimentos, agua y atención médica. Esta situación ha generado un sentimiento de impotencia en la población civil.
Varios diplomáticos quedaron visiblemente conmovidos por las palabras del embajador palestino. Aunque el tono del discurso fue firme, estuvo lleno de dolor y desesperación. “¿Cuántos niños más tienen que morir para que el mundo actúe?”, preguntó Mansour, con lágrimas en los ojos.
Denuncia directa a la comunidad internacional
El embajador responsabilizó directamente a quienes han permitido que el conflicto continúe sin soluciones reales. Dijo que las muertes de niños no deben verse como daño colateral, sino como una señal de que el sistema internacional está fallando. Exigió acciones concretas, no solo palabras.
Finalmente, Mansour pidió a la ONU y a los países miembros que tomen medidas inmediatas para proteger a los niños palestinos. Aseguró que su pueblo no quiere compasión, sino justicia, y que no se puede seguir normalizando la violencia contra los más inocentes.