
14 de Agosto 2025.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una advertencia directa a su homólogo ruso, Vladimir Putin: si no detiene la guerra en Ucrania, enfrentará “consecuencias muy graves”. La declaración llega en vísperas de la primera reunión entre ambos líderes desde 2022, un encuentro que se realizará en Alaska, en la base militar de Elmendorf-Richardson, y que promete ser decisivo para el futuro del conflicto. Aunque el tono de Trump es firme, existe un aire de incertidumbre sobre los posibles resultados, ya que este cara a cara no incluirá al presidente ucraniano Volodímir Zelensky, algo que genera preocupación en aliados europeos.
El gobierno estadounidense ha señalado que la cita será más un “ejercicio de escucha” que una negociación con acuerdos inmediatos. Sin embargo, Trump afirmó que si la reunión es positiva, podría convocar un segundo encuentro en breve, lo que abriría la puerta a un posible alto al fuego. La ausencia de Ucrania en la mesa principal es vista como un riesgo, ya que podría reducir su influencia en cualquier decisión sobre el territorio en disputa.
Un cara a cara privado
Para llegar a esta cumbre, Trump ha enviado varias veces a su representante Steve Witkoff a reunirse con Putin, logrando pequeños gestos de buena voluntad como la liberación de prisioneros estadounidenses. Aun así, la desconfianza persiste. Putin, con más de dos décadas en el poder y una reputación de estratega implacable, no es un rival fácil de convencer. Trump, por su parte, asegura que en los “primeros dos minutos” sabrá si es posible un acuerdo, una confianza que no comparten los aliados europeos, quienes se reunieron con Zelensky para reforzar la defensa ucraniana.
Este encuentro será prácticamente sin asesores, con los dos líderes hablando a puerta cerrada por varias horas antes de ofrecer una conferencia de prensa conjunta. La última vez que Trump y Putin conversaron extensamente fue en 2019 en Osaka, en un contexto completamente distinto. Ahora, con más de 13 mil civiles muertos en Ucrania según la ONU y el riesgo de que el conflicto escale a la OTAN, el escenario es mucho más delicado.
La estrategia de excluir a Ucrania del diálogo inicial recuerda a negociaciones del pasado que terminaron beneficiando al lado con mayor poder militar. Además, con la posibilidad de que Rusia lance una ofensiva a gran escala en otoño, cualquier acuerdo improvisado podría quedar en papel mojado.
El antecedente histórico tampoco es alentador: Barack Obama intentó un acercamiento con Rusia que terminó enfriándose, mientras que Joe Biden sostuvo un encuentro de tres horas con Putin en 2021 sin que ello evitara la invasión de 2022. En este contexto, la apuesta de Trump por su “habilidad negociadora” será puesta a prueba frente a un líder que ha demostrado resistir la presión internacional.