
La respuesta federal a la emergencia generada por las recientes lluvias en Veracruz se ha articulado a través de un masivo puente aéreo. La gobernadora Rocío Nahle García confirmó el despliegue de 17 aeronaves que, con una intensa actividad, han completado 96 operaciones cruciales para llevar ayuda humanitaria y salvar vidas. Este operativo aéreo ha sido la vía principal para hacer llegar despensas y víveres a las comunidades que quedaron totalmente incomunicadas tras el paso del temporal.
La movilización no solo ha consistido en el traslado de ayuda, sino también en un esfuerzo coordinado de rescate, evacuando a personas en riesgo y a quienes requerían atención médica urgente, como mujeres embarazadas. La magnitud de la tarea subraya la gravedad de las afectaciones, especialmente en la zona norte del estado, donde los caminos terrestres colapsaron por las inundaciones y deslaves. El puente aéreo es un símbolo de la solidaridad y el compromiso interinstitucional.

Un Avance Notorio en la Limpieza
La gobernadora Nahle García destacó que, gracias al esfuerzo conjunto de las brigadas y la población, el avance en la limpieza es notorio en municipios como Álamo y Poza Rica. El descenso de los niveles de agua ha permitido que miles de personas, apoyadas por personal de diversas dependencias, se dediquen a remover el lodo, escombros y basura de calles y viviendas. Este progreso, aunque visible, es solo el inicio de una larga y difícil tarea de recuperación total.
Sin embargo, la mandataria reconoció que, a pesar del notable progreso en Álamo y Poza Rica, aún queda mucho trabajo por delante, y la prioridad es mantener el ritmo de la ayuda. La limpieza es el primer paso para restablecer la normalidad y la salubridad en las zonas afectadas. La coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) ha sido fundamental para disponer de la capacidad logística aérea y terrestre necesaria.

La Estrategia Aérea y Terrestre para Zonas Inaccesibles
El uso de 17 naves en el puente aéreo no es casual, sino una estrategia para sortear las difíciles condiciones geográficas y la destrucción de la infraestructura terrestre. Estas aeronaves han sido la única conexión con comunidades serranas y localidades que quedaron aisladas por el desbordamiento de ríos. Las 96 operaciones aéreas representan un salvavidas para miles de familias que dependen de esta asistencia para alimentarse y acceder a servicios básicos.