
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reiteró la postura inamovible de su gobierno respecto al multimillonario adeudo que Grupo Salinas mantiene con el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Calificó el caso como «serio y con sustento técnico», buscando despolitizar un litigio que el empresario Ricardo Salinas Pliego ha llevado constantemente al debate público. La mandataria fue clara al señalar que no se trata de una persecución personal ni de una disputa política, sino del simple cumplimiento de una obligación fiscal que data de hace casi dos décadas.
La deuda se origina en auditorías realizadas por el SAT que se remontan al año 2008, lo que subraya la antigüedad y complejidad del caso. Sheinbaum enfatizó que el origen del adeudo está en procesos de fiscalización detallados y apegados a la ley, lo que le da un «sustento técnico» irrefutable. La Presidenta ha rechazado públicamente las propuestas de negociación o mesas de diálogo que ha solicitado el empresario, reiterando que la única vía para resolver el asunto es el pago total.
El Origen del Adeudo y el Factor Judicial
La insistencia de la presidenta en el «sustento técnico» de la deuda busca contrarrestar el argumento de «persecución política» que ha usado Grupo Salinas. Este adeudo se generó principalmente a través de la figura de la consolidación fiscal, que fue utilizada para deducir pérdidas y reducir drásticamente el pago de impuestos por parte de grandes corporativos, práctica que fue eliminada por la legislación fiscal años después.
El Caso en Manos del Poder Judicial: La máxima autoridad del país ha depositado su confianza en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para resolver los juicios que aún están en curso. «La Corte decidirá y acataremos su resolución», afirmó la presidenta. Esta declaración establece un límite claro a la intervención del Ejecutivo, asegurando que la resolución final será respetada, sea cual sea, siempre y cuando provenga de la máxima instancia judicial.








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