
En un reconocimiento público que contrasta con el optimismo habitual de los discursos oficiales, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ha admitido lo que para muchos ciudadanos es una dolorosa realidad: el estado no ha encontrado la paz. A pesar de los esfuerzos y promesas, la inseguridad en Sinaloa sigue siendo un problema grave, con la violencia azotando a diario a comunidades enteras. Este reconocimiento de la falta de paz en el estado es un paso importante, aunque tardío, para enfrentar la situación de manera más frontal.
Un año después de que la administración de Rocha Moya tomara el mando, el panorama de seguridad en la región parece estancado. La violencia en Sinaloa persiste y, en muchas zonas, se ha recrudecido, dejando un rastro de sangre que afecta la vida cotidiana de sus habitantes. El gobernador ha sido señalado por la ciudadanía por su aparente inacción o, peor aún, por una presunta complicidad que impide la resolución efectiva de la crisis.
La Ciudadanía Toma la Palabra y es Felicitada por el Gobernador
En un giro inesperado, Rocha Moya felicitó a la ciudadanía por manifestarse, un acto que él mismo reconoció como una expresión legítima de la frustración que genera la inseguridad en Sinaloa. Esta felicitación es un reflejo de la presión social que el gobierno está experimentando. Las manifestaciones y protestas son una clara señal de que la población no está dispuesta a aceptar la situación actual. La gente demanda resultados y no solo discursos.
El reconocimiento del gobernador y la felicitación a los manifestantes son una muestra de que el problema no puede ser ignorado. A pesar de ello, muchos se preguntan si este gesto se traducirá en acciones concretas y efectivas para poner fin a la violencia en Sinaloa. El tiempo ha demostrado que las palabras no son suficientes y que la población espera ver una verdadera estrategia para recuperar la tranquilidad.
El clamor por la paz no es un capricho, sino una necesidad urgente. La violencia en Sinaloa ha cobrado vidas, ha destruido familias y ha frenado el desarrollo económico y social. La falta de seguridad ha generado un clima de miedo que afecta a todos los sectores de la sociedad, desde empresarios hasta estudiantes y trabajadores. La inacción gubernamental solo ha exacerbado este sentimiento de desamparo.
La admisión de Rocha Moya sobre la situación de inseguridad en Sinaloa debe ser el punto de partida para un cambio radical en la estrategia de seguridad. Es imperativo que el gobierno actúe con decisión y transparencia para desarticular las redes criminales que operan en el estado. La ciudadanía espera que este reconocimiento se convierta en el primer paso para una paz verdadera y duradera.
Es importante añadir que las manifestaciones a las que se refirió el gobernador Rocha Moya no solo exigieron paz, sino que también incluyeron la creación de una «Comisión de la Verdad» para investigar la desaparición forzada de personas, un flagelo que ha aumentado considerablemente en la región. La violencia en Sinaloa no se limita a los homicidios, sino que también abarca miles de casos de personas desaparecidas que no son resueltos. Este contexto de desapariciones, a menudo vinculadas a la inacción de las autoridades, es una de las principales razones por las que la población ha perdido la confianza en el gobierno. La demanda de esta comisión muestra que los ciudadanos no solo buscan la reducción de la violencia, sino también la justicia y la rendición de cuentas por los crímenes que han quedado impunes.