
#PRIMERINFORME El panorama de la educación media superior en el Valle de México ha experimentado un cambio significativo. A partir de 2025, los estudiantes que buscan ingresar a este nivel educativo ya no están obligados a realizar el examen del COMIPEMS. Este giro radical en la política educativa busca erradicar la idea de que existen «buenas y malas escuelas», permitiendo a los jóvenes ejercer su derecho a la educación de una manera más libre y equitativa.
Esta transformación se basa en el principio de que la educación es un derecho, y no un privilegio que se gana a través de un examen. Durante años, los adolescentes del Valle de México se enfrentaron a la presión de una prueba que, para muchos, determinaba su futuro académico. La nueva política busca eliminar esta ansiedad y empoderar a los estudiantes para que tomen decisiones informadas sobre su educación, basadas en su ubicación y sus intereses personales, no en una calificación.
Al eliminar el examen, el gobierno busca fortalecer la percepción de que todas las escuelas públicas son buenas. Este enfoque promueve la equidad y la confianza en el sistema educativo. Ahora, los estudiantes y sus familias pueden elegir la escuela que mejor se adapte a sus necesidades, principalmente basándose en su cercanía a su lugar de residencia, lo que facilita el acceso y reduce las barreras geográficas.
La Opción de Elegir una Escuela Pública
El nuevo modelo de admisión en la educación media superior en el Valle de México permite a los jóvenes elegir a qué escuela asistir, dándoles un control sobre su futuro que antes no tenían. El único factor determinante es el lugar donde viven. Este enfoque busca descentralizar el acceso a la educación y promover la matrícula en instituciones que antes eran consideradas de segunda categoría, fomentando un desarrollo educativo más uniforme en toda la región.
El cambio también busca generar una mayor confianza en el sistema educativo público, incentivando a las escuelas a mejorar continuamente para atraer a los estudiantes. La competencia ya no es por una calificación, sino por ofrecer la mejor calidad educativa en cada comunidad. Este modelo crea un círculo virtuoso de mejora constante que beneficia tanto a los estudiantes como a las instituciones.
Es importante señalar que esta nueva política tiene una excepción clave: el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) siguen manteniendo sus propios procesos de selección, a menudo a través de un examen de ingreso. Este valor agregado a la nota destaca que si bien la mayoría del sistema ha cambiado, las dos instituciones más grandes y demandadas del país continúan operando con sus propios criterios, lo que refleja su autonomía y el alto nivel de demanda que tienen. Este detalle proporciona un contexto más completo y preciso sobre la reforma educativa.