
La Jefa del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum Pardo, ha delineado una visión clara de su gobierno, centrada en los principios de libertad y no represión. En un discurso reciente, la presidenta afirmó con contundencia que en México no se reprime y que la fuerza del Estado no se utiliza en contra del pueblo. Este enfoque marca una pauta en la relación entre el gobierno y la ciudadanía, distanciándose de prácticas pasadas para fomentar un ambiente de confianza y respeto mutuo.
La mandataria también destacó que en el país se vive la mayor libertad de expresión de toda su historia. En un momento en que la libertad de prensa es un tema de debate global, Sheinbaum aseguró que en su administración la censura no existe. Este es un mensaje clave para la comunidad periodística y la sociedad en general, subrayando el compromiso de su gobierno con los derechos fundamentales y la libre circulación de ideas.
En su discurso, la presidenta Sheinbaum reforzó su compromiso con la democracia, señalando que todas las autoridades en su gobierno son elegidas por el pueblo. Esta aseveración resalta la legitimidad de su mandato y el de sus funcionarios, obtenidos a través del voto ciudadano. Con esta declaración, busca reafirmar que la voz del pueblo es la que guía las decisiones del poder.
Para demostrar su cercanía y confianza en la gente, la jefa del Ejecutivo afirmó que camina sin miedo y con total cercanía por todo el país. Esta frase, más allá de ser una figura retórica, es un reflejo de su estilo de gobernar. El contacto directo con la ciudadanía, visitando comunidades y escuchando de primera mano sus necesidades, es un pilar de su administración. Sheinbaum busca así desmitificar la figura presidencial y acercarla a la vida diaria de los mexicanos.
La visión de la presidenta sobre la libertad de expresión y la no represión también tiene un impacto directo en la seguridad pública y el manejo de protestas sociales. Al afirmar que no se usará la fuerza del Estado, Sheinbaum sienta un precedente para el manejo de conflictos, privilegiando el diálogo sobre la confrontación. Este enfoque humanista, central en su proyecto político, busca la pacificación del país a través del entendimiento y la resolución pacífica de los problemas.