El peor brote de violencia en Siria desde la caída del régimen
Más de 70 personas han muert* y decenas han resultado heridas en los recientes enfrentamientos en las zonas costeras de Siria. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los combates ocurrieron entre las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno y grupos armados leales al derrocado Bachar Asad. Se trata del peor episodio de violencia desde la caída del régimen en diciembre pasado.
«Más de 70 muert*s, decenas de heridos y capturados en sangrientos enfrentamientos en la costa siria entre miembros de los Ministerios de Defensa e Interior y hombres armados del Ejército del extinto régimen», informó el Observatorio en un comunicado difundido en su cuenta oficial de X.

Choques en Latakia y el oeste de Siria
Los combates se han concentrado en la provincia de Latakia, antiguo bastión de la familia Al Asad. De acuerdo con la ONG, los enfrentamientos han dejado también la muerte de al menos cuatro civiles. Los grupos leales al antiguo mandatario han tomado el control de bases militares estratégicas y se han atrincherado en zonas montañosas, desde donde han lanzado ataques contra las fuerzas sirias.
En la ciudad de Jableh, los enfrentamientos han sido especialmente intensos. Allí, los combatientes fieles a Asad han recurrido a tácticas de guerrilla, lo que ha obligado a los ministerios de Defensa e Interior a enviar refuerzos desde otras provincias del norte, como Idlib, Alepo y Hama.
El gobierno sirio refuerza la seguridad
Ante la grave situación, el nuevo gobierno ha tomado medidas drásticas. En varias ciudades se han impuesto toques de queda y las fuerzas de seguridad sirias han iniciado amplias operaciones para rastrear y neutralizar a los rebeldes. Según fuentes del Ministerio de Defensa, estas operaciones tienen como objetivo a los últimos seguidores del régimen de Asad y a quienes los apoyan.
«Estamos enviando un mensaje a cualquiera que quiera entregar sus armas y rendirse ante el poder judicial para que lo haga lo antes posible», declaró un portavoz de las autoridades sirias. Se espera que en los próximos días continúen los operativos de seguridad en Latakia y otras regiones afectadas.
Operación contra los remanentes de Asad
El gobierno interino de Siria ha intensificado su ofensiva contra los últimos reductos de Asad. La operación se inició tras la emboscada que acabó con la vida de dos soldados sirios a manos de combatientes del antiguo régimen. En respuesta, el ejército ha desplegado unidades especializadas en combate urbano y en operaciones de inteligencia.
Latakia es considerada un territorio clave, ya que históricamente ha sido el centro de poder de la minoría alauita, a la que pertenece Asad. Su caída en diciembre marcó un cambio significativo en el equilibrio de fuerzas dentro del país.
Los kurdos advierten sobre la falta de inclusión
Desde el norte de Siria, la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), liderada por los kurdosirios, ha advertido que la falta de inclusión en el nuevo gobierno es una de las causas principales de esta nueva ola de violencia. En un comunicado, acusaron a las autoridades de Damasco de ignorar la diversidad del país y de no haber tomado en cuenta las tensiones existentes entre los distintos grupos étnicos y religiosos.
«La situación puede llevar a Siria al borde del abismo y provocar nuevas masacres», alertó la AANES. Además, insistieron en la necesidad de un verdadero diálogo nacional para encontrar soluciones políticas que garanticen la estabilidad y la paz en el país.
Un llamado a la paz y al diálogo
A finales de febrero, el gobierno organizó un Diálogo Nacional con el objetivo de sentar las bases para el futuro de Siria. Sin embargo, varios sectores, especialmente los kurdosirios, criticaron que fueron excluidos del proceso. Esta exclusión ha generado descontento y, según algunos analistas, podría estar contribuyendo a la creciente inestabilidad en el país.
Con los enfrentamientos aún en curso y el riesgo de una nueva escalada de violencia, Siria enfrenta uno de sus momentos más críticos desde la caída del régimen de Asad. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si el nuevo gobierno logra consolidar su autoridad o si el país entra en una nueva fase de conflicto.
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