
Más de una docena de personas, incluyendo periodistas y personal médico, perdieron la vida en dos ataques aéreos israelíes contra el Complejo Médico Nasser en Khan Younis, al sur de Gaza. Según el hospital, los ataques, separados por solo unos minutos, causaron una devastación trágica. El primer ataque provocó la muerte de varios palestinos, mientras que el segundo, dirigido al personal de emergencia y a los periodistas que acudieron a la escena, incrementó el número de víctimas.
La comunidad internacional ha puesto el foco en la situación, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han emitido un comunicado que no reconoce haber atacado el hospital directamente. La declaración no menciona los dos ataques consecutivos ni identifica un objetivo militar específico en la zona. Esta falta de claridad ha generado preocupación y un llamado a la transparencia sobre las operaciones militares en un área con una población civil tan densa.
Un ataque sin precedentes


Los ataques contra el Complejo Médico Nasser marcan un momento sombrío en el conflicto. Según la administración del hospital, las muertes de personal sanitario y de emergencia, así como de los periodistas, se produjeron en el segundo ataque, lo que sugiere una ofensiva dirigida no solo a un lugar, sino a la respuesta humana ante el primer impacto. La pérdida de estos trabajadores es crítica, ya que la ya precaria infraestructura de salud en Gaza se ve aún más debilitada.
La situación en Khan Younis es un recordatorio de los peligros que enfrentan civiles, periodistas y trabajadores humanitarios en zonas de conflicto. Los ataques a hospitales y personal médico están prohibidos bajo el derecho internacional, lo que convierte a este incidente en un tema de gran preocupación. La falta de un objetivo militar claro por parte de las FDI en su comunicado ha intensificado las críticas, y ha llevado a cuestionamientos sobre la proporcionalidad de la respuesta militar.
La respuesta militar y la crisis humanitaria
El contexto de los ataques es una crisis humanitaria que se agrava en Gaza. Los hospitales, que ya se encontraban desbordados y con escasez de suministros, se ven ahora bajo una amenaza directa. La vida de miles de heridos y enfermos que buscan refugio y tratamiento en estas instalaciones corre un riesgo aún mayor. Los ataques a hospitales no solo resultan en la pérdida de vidas, sino que también privan a la población de un acceso vital a la atención médica en un momento de necesidad extrema.