La Cámara de Diputados cerró un capítulo intenso de debate legislativo al aprobar en lo particular la Ley de Aguas después de más de 24 horas continuas de discusión. La votación final reflejó una clara mayoría a favor del dictamen, con 324 votos a favor, 118 en contra y 2 abstenciones. Esta aprobación, celebrada con aplausos por la bancada mayoritaria, marca el paso de la iniciativa al Senado de la República, donde continuará su análisis y eventual ratificación.
La Ley de Aguas, que busca reformar la legislación actual sobre la gestión del recurso hídrico, ha sido uno de los temas más divisivos de la agenda reciente. La maratónica sesión demostró la determinación de la mayoría para sacar adelante el proyecto, a pesar de las fuertes críticas y las constantes protestas de la oposición y de los sectores afectados, principalmente productores agrícolas y campesinos, quienes argumentan que la ley pone en riesgo su subsistencia.
El Respaldo de 324 Votos en San Lázaro
La cifra de 324 votos a favor asegura que la iniciativa logró una amplia base de apoyo, dominada por el grupo parlamentario de Morena y sus aliados, pero que también pudo haber contado con el respaldo de algunos legisladores de otros partidos en lo general o en ciertos artículos. Este número es crucial, ya que dota de una fuerza significativa al dictamen que ahora debe ser defendido ante la Cámara Alta.
El resultado de la votación, con más de tres cuartas partes de los legisladores a favor, contrasta con la férrea resistencia de los 118 votos en contra. La oposición intentó, sin éxito, modificar o revertir puntos clave de la Ley de Aguas durante las 24 horas de discusión. El aplauso final de la bancada ganadora fue un gesto de triunfo que sella el fin de su batalla en San Lázaro.
El Largo Camino de la Ley de Aguas y la Crítica
Las más de 24 horas de discusión continua en la Cámara Baja son un reflejo de la profundidad y la polémica que envuelve a la Ley de Aguas. Los legisladores de la oposición argumentaron que la ley se aprobó sin incluir los ajustes necesarios para garantizar un equilibrio entre el derecho humano al agua y el uso agrícola, lo que ha sido el principal motor de las protestas fuera del recinto.
