
La polémica ha sacudido al Fondo de Cultura Económica (FCE) luego de que la senadora Malú Micher exigiera una disculpa pública a su director, Paco Ignacio Taibo II, por comentarios considerados misóginos. El escritor y funcionario afirmó que un poemario «horriblemente malo» no debe enviarse a una sala comunitaria solo por haber sido escrito por una mujer. Este señalamiento ha generado una fuerte reacción, pues para la senadora Micher, estas palabras no solo descalifican una obra, sino que de manera implícita invisibilizan a las mujeres en el ámbito de la literatura y la creación artística, reproduciendo prejuicios de género en una institución cultural clave del Estado.
La senadora Micher, alzar la voz desde su plataforma, destacó que las expresiones de Taibo II minimizan el esfuerzo y el talento de las escritoras y poetas, sugiriendo que su trabajo podría ser priorizado por una simple cuota de género y no por su calidad intrínseca. Para Micher, es fundamental que un director de una institución como el FCE se conduzca con sensibilidad y respeto, evitando juicios que perpetúan estereotipos de género y obstaculizan la plena participación de las mujeres en el mundo editorial. La exigencia de una rectificación subraya la gravedad de las declaraciones y el impacto que tienen al provenir de una figura pública.
El FCE en el Centro del Debate por Invisibilizar a Mujeres
El Fondo de Cultura Económica, una de las editoriales más prestigiosas y con mayor alcance en el mundo hispano, se encuentra ahora en el centro de un debate sobre la equidad de género y la misoginia en el arte. La senadora Malú Micher pidió que Taibo II reconsidere sus palabras, pues considera que atentan contra la lucha por la igualdad de las creadoras. El comentario sobre el poemario «horriblemente malo» se interpretó como un juicio que no solo critica la calidad, sino que utiliza el género de la autora para descalificar la potencial inclusión de su obra en espacios de difusión cultural como las salas comunitarias.
La senadora enfatizó que las palabras del director del FCE tienen un peso especial por la posición que ocupa, una que debería ser de impulso y promoción de la diversidad cultural, no de barreras o menosprecio. La exigencia de una disculpa busca sentar un precedente claro de que las instituciones públicas deben ser ejemplo de inclusión y respeto. El debate pone de relieve la necesidad de revisar los criterios editoriales para asegurar que no existan sesgos de género que puedan invisibilizar a las mujeres creadoras.
El señalamiento hecho por Paco Ignacio Taibo II, aunque pudiera interpretarse como una defensa de la «calidad» por encima del género, fue percibido como un acto de discriminación al vincular explícitamente la baja calidad con la identidad de la autora. Para la senadora Micher, lo esencial es evitar que se invisibilicen a las mujeres escritoras, cuyo trabajo histórico ha sido subestimado y marginado en el canon literario tradicional. Por ello, la rectificación no solo debe ser un cambio de palabras, sino un compromiso real con la igualdad de oportunidades y la visibilidad.




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