
En un movimiento fiscal significativo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha anunciado un cambio que impactará directamente a los bancos del país. A partir de 2026, las instituciones bancarias ya no podrán deducir de impuestos las aportaciones que hacen al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB). Esta modificación, que será incluida en la Ley de Ingresos del Paquete Económico 2026, tiene como objetivo recuperar cerca de 10 mil millones de pesos para el gobierno federal. El anuncio se realizó durante una conferencia en Palacio Nacional, donde la presidenta detalló los fundamentos de esta decisión.
La medida responde a una anomalía fiscal que Sheinbaum calificó como injusta. Explicó que, si bien la mayor parte de la deuda del IPAB —heredera del polémico Fobaproa— recae en el pueblo de México, la pequeña porción que los bancos contribuían hasta ahora era deducible de sus impuestos. “La gran mayoría de la aportación al IPAB viene del pueblo de México… pero resulta que la pequeña parte que aportan los bancos, la deducen de impuestos, pues ya no la van a deducir a partir del próximo año”, aclaró la presidenta. Esta política busca corregir lo que se percibe como un privilegio fiscal, asegurando que todos los actores contribuyan de manera equitativa.
Un nuevo enfoque fiscal y la reacción de la banca
La decisión forma parte de una serie de cambios que la administración de Sheinbaum está preparando para el Paquete Económico 2026, que será presentado a la Cámara de Diputados el 8 de septiembre. Al eliminar esta deducción, el gobierno busca fortalecer sus finanzas públicas y redirigir esos recursos hacia otras áreas de inversión o gasto social. La presidenta también señaló que ha discutido esta medida con algunos dueños de bancos, manifestando su esperanza de que cooperen con el cambio, ya que lo considera una acción de justicia fiscal. “Yo creo que van a cooperar todos los bancos, van a estar de acuerdo”, afirmó.
El IPAB fue creado para sustituir al Fobaproa y gestionar la deuda bancaria que se socializó en los años 90. Desde entonces, ha sido un tema de debate, ya que una parte de esta deuda sigue siendo pagada por el Estado. Al eliminar la deducción, el gobierno de Sheinbaum no solo busca una ganancia financiera, sino que también envía un mensaje claro sobre su política de no favorecer a sectores económicos específicos con beneficios fiscales, reafirmando su compromiso con la equidad y la responsabilidad social.
El Fobaproa, que dio origen a la deuda que el IPAB administra, fue un programa de rescate bancario en 1995 que convirtió la deuda privada de los bancos en deuda pública. Esta acción generó un enorme costo para el país, que aún hoy se sigue pagando. La modificación anunciada por Sheinbaum, aunque podría parecer menor en comparación con el tamaño total de la economía, es simbólicamente poderosa. Representa un primer paso para reajustar la carga fiscal de la deuda histórica, que por décadas ha sido asumida por los ciudadanos a través de sus impuestos. La decisión de eliminar la deducción bancaria del IPAB no solo recupera 10 mil millones de pesos, sino que también es una declaración política sobre quién debe asumir los costos de las crisis económicas y, más importante aún, un intento por reescribir un capítulo de la historia financiera de México de una manera más equitativa.