
El Secretario de Seguridad Ciudadana (SSC), Omar García Harfuch, ha presentado un informe detallado sobre los resultados de las estrategias implementadas para combatir la violencia y el crimen organizado. El reporte subraya una coordinación efectiva entre la Ciudad de México y diversas entidades federativas, un factor clave para la efectividad de las acciones. Estos operativos conjuntos han permitido lograr un impacto significativo contra las estructuras criminales que históricamente han generado altos índices de violencia e inseguridad en la región y el país. Las cifras presentadas son contundentes y reflejan un esfuerzo constante en la lucha por la seguridad.
Detenciones Clave: Golpe Directo a los Generadores de Violencia
Uno de los datos más relevantes presentados por el Secretario es la cantidad de detenciones realizadas en el marco de este combate a la violencia. Se ha logrado la captura de 35 mil 817 personas involucradas en delitos de alto impacto, lo que incluye a objetivos prioritarios y líderes de grupos delictivos. Estas detenciones no son aleatorias; están enfocadas en desmantelar las células que actúan como principales generadoras de violencia en las calles, afectando directamente la operatividad del crimen organizado.

Este éxito en las aprehensiones se debe, en gran medida, al trabajo de inteligencia y al intercambio de información entre las distintas fuerzas de seguridad federales y locales. Al enfocarse en los «objetivos prioritarios», las autoridades buscan provocar un efecto dominó que perturbe seriamente las cadenas de mando y suministro de estos grupos, disminuyendo así de manera directa la criminalidad y la violencia que percibe la ciudadanía.
Decomisos Estratégicos: Menos Armas y Drogas, Menos Violencia
El informe de García Harfuch también destacó los importantes decomisos que acompañan a las detenciones, lo que representa un golpe logístico y financiero a las organizaciones criminales. Se logró el aseguramiento de 18 mil 274 armas de fuego, lo que significa que miles de herramientas potenciales para generar violencia han sido sacadas de circulación. El control del flujo de armas es un pilar fundamental para reducir los delitos de alto impacto.
A esto se suma la confiscación de 288 toneladas de droga. Un decomiso de tal magnitud no solo impacta las finanzas de los cárteles, sino que también interrumpe la cadena de suministro de sustancias que alimentan la violencia y la inseguridad en las comunidades. Estos decomisos masivos son un indicativo claro de la escala de la operación de seguridad y la determinación por enfrentar la criminalidad desde múltiples frentes.