
El senador Gerardo Fernández Noroña se encuentra en el ojo del huracán debido a las recientes denuncias que apuntan a un presunto enriquecimiento ilícito. Ante estas acusaciones, el legislador optó por una defensa tajante y, a la vez, irónica, afirmando que su situación financiera actual no es de crecimiento patrimonial, sino de empobrecimiento «claramente explicable».
Esta declaración ha encendido el debate público, ya que contradice la percepción de prosperidad que a menudo se asocia con los cargos de alto nivel en el servicio público. El senador insiste en que su realidad económica dista mucho de ser la de un funcionario que se ha enriquecido ilícitamente, buscando desestimar las acusaciones con datos muy específicos sobre su patrimonio.
Ironía y Cifras en su Defensa
Para reforzar su argumento de empobrecimiento, Fernández Noroña recurrió al sarcasmo, citando el saldo de una de sus cuentas bancarias. «Tengo 22 mil 303 pesos en mi cuenta BBVA. Estoy enriquecidísimo”, ironizó, utilizando la cantidad para resaltar la supuesta ridiculez de las denuncias de enriquecimiento.
El senador también abordó la forma en que adquirió su vivienda, señalando que la está pagando «en abonos». Este detalle es clave en su estrategia de defensa, pues sugiere que su patrimonio se está construyendo a través de medios legítimos y con el esfuerzo de un trabajador, y no por enriquecimiento repentino e inexplicable.
¿Hay Notificaciones de la FGR?
Otro punto crucial en la defensa del senador es su relación con la Fiscalía General de la República (FGR). Fernández Noroña fue claro al asegurar que no ha recibido ninguna notificación oficial por parte de la FGR respecto a las denuncias de enriquecimiento ilícito en su contra, un aspecto que minimiza la seriedad de las acusaciones al catalogarlas como meros rumores.
La no notificación de la FGR implicaría que, formalmente, no existe una investigación activa que lo vincule con el delito de enriquecimiento ilícito, al menos hasta el momento de sus declaraciones. El legislador utiliza este vacío legal para desvirtuar las denuncias mediáticas, tratando de cambiar la narrativa de enriquecimiento a la de empobrecimiento personal.
Un elemento importante que añade contexto a las declaraciones del senador es el marco legal que rige estos casos. En México, el delito de enriquecimiento ilícito se configura cuando un servidor público no puede justificar el aumento considerable de su patrimonio o la procedencia legal de sus bienes, incluyendo el pago de deudas como la de una casa. El hecho de que Noroña haya sido tan específico con cifras y el método de pago de su casa busca precisamente cumplir con ese requisito de justificación patrimonial, diferenciando su situación de un acto de corrupción.
Finalmente, la estrategia de Fernández Noroña parece ser la de confrontar las acusaciones con transparencia irónica. Al presentar sus cifras y su método de pago, busca mostrar un contraste radical entre su realidad de empobrecimiento o patrimonio modesto y la imagen de un político enriquecido, exigiendo que cualquier denuncia se maneje por las vías legales y no mediáticas.