
Estado de México, 12 de agosto de 2025.– Tras los recientes asesinatos de una niña de 12 años en Chalco y un niño de 5 años en La Paz, la gobernadora Delfina Gómez lanzó una pregunta pública: “¿Qué faltó para evitar estas tragedias?”. La respuesta, según críticos, es contundente: hace falta una gobernadora capaz de enfrentar la crisis de violencia que golpea al Estado de México.
En redes sociales y medios de comunicación, el cuestionamiento encendió el debate sobre la capacidad del actual gobierno estatal para atender los crecientes casos de violencia infantil. La reacción ciudadana ha sido de indignación, pues consideran que la inseguridad se ha convertido en un problema cotidiano y que las autoridades no han logrado dar respuestas efectivas.
Indignación ciudadana y desconfianza son los sentimientos predominantes tras estos hechos. Organizaciones de defensa de los derechos de la niñez señalan que el Edomex concentra altos índices de violencia contra menores, y que la falta de políticas públicas efectivas deja a miles de niños en una situación de vulnerabilidad extrema.
La gobernadora aseguró que su administración reforzará las medidas de seguridad y mejorará la coordinación con los municipios, sin embargo, especialistas advierten que no basta con operativos temporales. Proponen una estrategia integral que incluya prevención, atención psicológica, trabajo comunitario y programas de protección reforzados.
Exigencias a las autoridades crecen día a día. Colectivos y familiares de víctimas piden justicia, pero también cambios estructurales que prevengan futuras tragedias. Entre las propuestas están el fortalecimiento del DIF estatal, el incremento de patrullajes en zonas de riesgo y campañas permanentes contra la violencia infantil.
Como valor agregado, datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) revelan que en el primer semestre de 2025, el Estado de México registró más de 200 homicidios de menores de edad, colocándose entre las entidades más peligrosas para la infancia. Este panorama refuerza la urgencia de acciones inmediatas y eficaces para evitar que casos como los de Chalco y La Paz se repitan.