El papa León XIV ha entrado de lleno y por primera vez en el tenso debate sobre el aborto que sacude a la Iglesia católica en Estados Unidos, poniendo el dedo en la llaga sobre lo que significa realmente ser «pro-vida». La intervención de Leo, que es nativo de Chicago, surgió el martes por la noche a raíz de una disputa local: el cardenal de Chicago, Blase Cupich, planeaba otorgar un premio por su trayectoria al senador demócrata Dick Durbin por su apoyo a los inmigrantes, un plan que generó fuertes objeciones de obispos conservadores dada la postura de Durbin a favor del derecho al aborto.
Al abordar la controversia, el papa León hizo un llamado inicial al respeto mutuo entre ambas partes, pero rápidamente pasó a señalar la aparente contradicción que a menudo se observa en estos debates polarizados. Con palabras claras, el pontífice cuestionó la coherencia de las posiciones extremas. «Alguien que dice ‘estoy en contra del aborto pero dice que estoy a favor de la pena de muerte’ no es realmente provida«, afirmó. Y añadió: «Alguien que dice que ‘estoy en contra del aborto, pero estoy de acuerdo con el trato inhumano de los inmigrantes en los Estados Unidos’, no sé si eso es provida».
La Amplitud de la Enseñanza Católica 🕊️
El mensaje de León XIV se apoya en la doctrina completa de la Iglesia Católica, que es mucho más amplia que la sola oposición al aborto. La enseñanza oficial no solo prohíbe el aborto, sino que también se opone a la pena capital (el papa Francisco la declaró «inadmisible» en 2018) y exige un trato humano para los migrantes, citando el mandato bíblico de «dar la bienvenida al extranjero». Con su declaración, el papa buscó que el debate sobre el aborto no oculte otras cuestiones éticas fundamentales para la Iglesia.
El papa, aunque no estaba familiarizado con todos los detalles de la disputa del premio Durbin, enfatizó la importancia de ver el historial general de los políticos. Subrayando que la enseñanza de la Iglesia sobre todos los temas éticos es muy clara, León pidió un «mayor respeto mutuo» y la búsqueda conjunta de un camino a seguir, como ciudadanos y como católicos. La politización del debate sobre el aborto ha sido históricamente criticada por el cardenal Cupich, un asesor cercano del papa Francisco.
La controversia escaló hasta el punto de que Durbin finalmente rechazó el premio, pocas horas después de las declaraciones de León. La disputa es un ejemplo de la profunda división que existe en la Iglesia estadounidense. Por ejemplo, al expresidente Joe Biden se le permitió seguir recibiendo la comunión tras reunirse con el papa Francisco, mientras que Durbin tiene prohibido recibir el sacramento en su diócesis natal, una prohibición que fue sostenida por el obispo Thomas Paprocki, uno de los que se opuso a que Cupich lo honrara por su trabajo migratorio.
La ‘Casa Política’ de los Católicos en EE. UU. 🇺🇸
Al anunciar que Durbin había rechazado el premio, el cardenal Cupich lamentó que la intensa polarización en Estados Unidos haya dejado a los católicos en una situación de «sin hogar político», ya que ni el Partido Demócrata ni el Partido Republicano logran encapsular la amplitud de la enseñanza social católica. Cupich defendió la idea de honrar a Durbin por su labor migratoria, señalando que el evento podría haber sido una oportunidad para presionar sobre otros temas éticos, incluyendo el aborto, y para «extender el círculo de protección a los inmigrantes que enfrentan en este momento presente una amenaza existencial para sus vidas».
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