
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ofreció detalles sobre los significativos avances del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, una obra de infraestructura considerada prioritaria para el desarrollo económico del sureste mexicano. La mandataria explicó el progreso en la construcción y rehabilitación de la red ferroviaria, conocida como el Tren Interoceánico, que conectará el Océano Pacífico con el Golfo de México. Este proyecto, que tiene el potencial de transformar el comercio regional y global, avanza pese a las críticas y al escepticismo de sexenios anteriores, lo que podría no ser del agrado de figuras políticas como Ernesto Zedillo.
La mención de Zedillo hace referencia a la administración que, según algunos críticos, desmanteló y privatizó la red ferroviaria nacional, dejando de lado proyectos como el actual Corredor Interoceánico. Al enfatizar el progreso de la obra, la presidenta Sheinbaum subraya una diferencia de visión con respecto a las políticas económicas pasadas, enfocándose ahora en la reactivación de este crucial eje de comunicación terrestre y marítimo. La meta es crear una alternativa eficiente al Canal de Panamá, un objetivo ambicioso que requiere una inversión constante y una gestión eficaz.
Los 14 Polos de Desarrollo y la Nueva Geografía Económica
Un componente clave del proyecto son los 14 Polos de Desarrollo para el Bienestar que se establecerán a lo largo del Corredor Interoceánico. Estos polos serán áreas industriales y logísticas con incentivos fiscales especiales, diseñados para atraer inversión privada, generar empleo y fomentar el crecimiento económico en el sur del país, una región históricamente rezagada. La presidenta Sheinbaum confirmó que el gobierno está avanzando en la preparación y licitación de estos espacios que serán el motor de la nueva geografía económica nacional.
La estrategia detrás de los 14 Polos de Desarrollo es crear un ecosistema completo que facilite la manufactura, la logística y el comercio de exportación e importación. Se espera que estos polos, al estar conectados directamente por el Tren Interoceánico y los puertos modernizados, se conviertan en puntos de anclaje para industrias como la petroquímica, la automotriz y la tecnológica. Este ambicioso plan de desarrollo de la zona del Corredor Interoceánico busca un impacto social duradero a través de la creación de empleos bien remunerados y el mejoramiento de la infraestructura local.





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