
24 JULIO 2025- INTERNACIONAL- Un grupo de menores judíos fue desalojado de un avión en el aeropuerto de Manises, Valencia, en un incidente que ha generado reacciones encontradas a nivel internacional. Según la Guardia Civil, la intervención ocurrió por la conducta inadecuada de los 47 jóvenes franceses, quienes supuestamente manipulaban material de emergencia y alteraron el orden en la aeronave. El vuelo, con destino a París, fue demorado y uno de los monitores del grupo fue detenido tras resistirse a las autoridades. Pese a la magnitud del caso, las autoridades españolas aseguran que desconocían la religión de los pasajeros al momento de actuar.
Por su parte, el gobierno de Israel calificó lo ocurrido como un acto de antisemitismo, acusando tanto a la aerolínea Vueling como a las autoridades locales de trato discriminatorio. El ministro israelí de la Diáspora, Amichi Chikli, denunció que los jóvenes fueron expulsados por cantar canciones en hebreo y que la monitora detenida fue “golpeada”. También alegó que la tripulación del avión habría hecho comentarios ofensivos contra el Estado de Israel, lo que encendió aún más el debate diplomático y mediático.
Versiones enfrentadas y reclamos diplomáticos
Desde la aerolínea Vueling, se niega tajantemente cualquier motivación religiosa. En un comunicado, la compañía afirmó que el comportamiento del grupo puso en riesgo la seguridad aérea, interrumpiendo la demostración de seguridad y desobedeciendo instrucciones. Según ellos, la actuación se ajustó estrictamente a protocolos de seguridad y no tuvo ninguna relación con la fe de los pasajeros.

Familiares y organizadores del campamento de verano Kinneret, que organizó el viaje, sostienen una versión completamente diferente. Afirman que la situación fue exagerada, que la policía actuó de manera desproporcionada, y que incluso se les pidió a los menores que entregaran sus móviles para borrar videos. Este detalle preocupa por su posible implicación en una violación de derechos individuales, especialmente en un contexto tan sensible como este.
El incremento reciente en delitos de odio en Europa, muchos de ellos relacionados con la religión. España, de hecho, ha visto un repunte en denuncias de actos antisemitas, lo cual podría explicar la reacción inmediata del gobierno israelí y su esfuerzo por proteger a sus ciudadanos en el extranjero. A esto se suma el hecho de que los menores fueron finalmente divididos en dos grupos: unos reubicados en un vuelo posterior y otros que pernoctaron en un hotel.
La tensión entre versiones oficiales y diplomáticas deja en el aire muchas preguntas sobre la verdadera naturaleza del incidente. Aunque las autoridades españolas insisten en que todo se debió a motivos operativos y de seguridad, el componente político y religioso ha transformado este caso en un foco de atención internacional. El Gobierno de Israel ha prometido seguir asistiendo a sus ciudadanos en el exterior, mientras tanto, Vueling defiende su postura apelando a la seguridad como su máxima prioridad.