
Una profunda ola de indignación se ha desatado en León, Guanajuato, tras la divulgación de videos y testimonios que exponen una grave crisis de atención y saturación en el Hospital General de Zona número 21 del IMSS. Las imágenes que circulan en redes sociales muestran una situación que usuarios y familiares han calificado de inhumana, con un área de Urgencias visiblemente rebasada. Esta problemática pone en el centro del debate la calidad y capacidad de respuesta del Instituto Mexicano del Seguro Social ante la creciente demanda de servicios de salud en la región.
Escándalo en Redes Sociales: Pacientes Hacinados
La evidencia visual que se ha vuelto viral en las redes sociales es contundente: pacientes que, a falta de camillas o sillas, se ven obligados a esperar atención médica directamente en el piso. A su alrededor, familiares se encuentran hacinados contra las paredes, en un espacio que carece de condiciones mínimas de dignidad y comodidad. Este hacinamiento no solo afecta la salud de quienes esperan tratamiento, sino que también expone las fallas estructurales y operativas del IMSS 21 para manejar los flujos de pacientes, especialmente en los momentos de mayor afluencia, como son los turnos nocturnos.
Los reportes de los usuarios de la clínica 21 del Instituto en León son aún más graves que las imágenes. Varios testimonios denuncian una presunta «atención inhumana», que incluye el intento de dar de alta a una paciente que ya estaba programada para una cirugía importante. Los afectados relatan que, de manera tajante, se les indicó que volvieran solo si el estado de la paciente se tornaba críticamente grave, evidenciando una priorización extrema de casos que pone en riesgo a quienes ya tienen padecimientos serios y programados.
Doble Agravio: Altas Injustificadas y Rechazo de Servicio
La denuncia más alarmante, que ha generado un repudio generalizado, es la supuesta negación de atención a una persona que llegó al hospital presentando síntomas de un infarto, todo por no contar con seguro social en ese momento. Esta acción, de ser comprobada, violaría el principio de atención de urgencias vitales que debe prevalecer en cualquier institución de salud, pública o privada. Los ciudadanos exigen una explicación sobre el protocolo que permite rechazar a un paciente en situación crítica, en un contexto donde el IMSS debería ser un pilar de la salud.






