
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha puesto sobre la mesa una meta ambiciosa para el año 2026: recaudar la impresionante suma de 400 mil millones de pesos adicionales. Este incremento en las finanzas públicas, según explicó la mandataria, no provendrá de la creación de nuevos impuestos ni del aumento generalizado de las tasas impositivas. En cambio, la estrategia central de su administración se enfocará en dos pilares fundamentales: el combate frontal a la corrupción y una lucha más efectiva contra la evasión fiscal que históricamente ha mermado las arcas nacionales.
Esta proyección de ingresos adicionales busca mandar un mensaje de tranquilidad y eficiencia a la ciudadanía. La presidenta Sheinbaum fue enfática al aclarar que su gobierno mantendrá la promesa de no imponer nuevas cargas fiscales a los mexicanos. De hecho, subrayó que la única modificación prevista en materia de impuestos será un incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se aplica a las bebidas azucaradas. Este ajuste, que a menudo tiene un doble objetivo (recaudatorio y de salud pública), sería la única excepción a la política de no crear impuestos nuevos.
Cero Impuestos Nuevos, Máxima Eficiencia Recaudatoria
El anuncio de la presidenta Sheinbaum resalta una estrategia fiscal que se distingue por la búsqueda de eficiencia antes que la expansión de la base tributaria mediante nuevas leyes. La meta de 400 mil millones de pesos se sostiene en la certeza de que, al cerrar las llaves de la corrupción y la evasión fiscal, se revelará un caudal de recursos que ya deberían formar parte del presupuesto nacional. Esta política busca fortalecer la confianza pública, demostrando que el gobierno puede financiarse sin ahogar la economía familiar o empresarial.
La claridad de Sheinbaum al señalar que solo se ajustará el IEPS en bebidas azucaradas confirma la orientación de su política fiscal. Este tipo de impuestos, conocidos como «impuestos pigouvianos», buscan desincentivar el consumo de productos que son perjudiciales para la salud. De esta forma, el aumento, además de un fin recaudatorio para alcanzar parte de los 400 mil millones de pesos, está alineado con políticas de bienestar social y prevención de enfermedades.
El principal propósito detrás de esta masiva inyección de recursos por 400 mil millones de pesos es el fortalecimiento de las finanzas públicas del país. La presidenta Sheinbaum destacó que esta meta es crucial para que el Estado cuente con la solidez financiera necesaria para ejecutar programas sociales, infraestructura y servicios públicos esenciales sin recurrir a un endeudamiento excesivo o a la imposición de nuevos gravámenes. La ciudadanía, por lo tanto, sería la beneficiaria directa de una administración más austera y menos tolerante con el desvío de recursos.
Como valor agregado a esta información, es fundamental mencionar que este enfoque de «cero nuevos impuestos y más fiscalización» se basa en gran medida en el éxito que la administración anterior tuvo con las grandes empresas evasoras. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) han demostrado que la fiscalización agresiva y el uso de tecnologías para detectar discrepancias contables y corrupción pueden generar cientos de miles de millones en recuperaciones fiscales. La meta de 400 mil millones de pesos para 2026 representa un incremento en esta misma línea de trabajo, poniendo énfasis en el uso de herramientas digitales y la cooperación interinstitucional para asegurar que todos paguen lo que les corresponde.
El Impacto del Combate a la Corrupción
El combate a la corrupción es un eje transversal en la administración de Sheinbaum, y su conexión directa con la meta de los 400 mil millones de pesos subraya la dimensión económica de este flagelo. Cada peso que se logre recuperar de actos corruptos o de esquemas de evasión es un peso que se puede destinar a áreas prioritarias como la educación, la salud o la seguridad. La promesa es transformar la ineficiencia histórica en una fuente de financiamiento para el desarrollo nacional.
La presidenta Sheinbaum confía en que la ciudadanía respaldará esta estrategia, ya que se percibe como una forma de hacer justicia fiscal. Al no afectar a los contribuyentes cumplidos y al presionar a quienes históricamente han evadido sus obligaciones, el gobierno busca legitimidad en su política económica. La cifra de 400 mil millones de pesos se convierte así en la bandera de una gestión que promete ser rigurosa y enfocada en la legalidad financiera.
Este anuncio también tiene implicaciones directas en la planificación del presupuesto federal que se presentará en los próximos años. El gobierno podrá hacer proyecciones más optimistas al contar con la expectativa de estos 400 mil millones de pesos adicionales, lo que facilitará la continuidad y ampliación de los programas sociales. El mensaje de Sheinbaum es claro: la solidez económica del país se construirá desde la honestidad y la eficiencia administrativa, sin que esto signifique empobrecer a los ciudadanos con nuevos impuestos.
La expectativa generada por esta cifra récord pone a prueba la capacidad operativa de las instituciones encargadas de la fiscalización y la aplicación de la ley. La meta de 400 mil millones de pesos no es solo un número, sino un compromiso político y administrativo que definirá el éxito de la política económica de la presidenta Sheinbaum en los primeros años de su sexenio.