30 de Septiembre del 2025.- La turística playa de Piratininga, en Niterói, fue el escenario de una sorpresiva captura este fin de semana. Ederson Xavier de Lima, conocido por el alias de «Boré» e identificado como un importante líder del Comando Vermelho en el estado de Mato Grosso, fue detenido por la policía. El operativo interrumpió la tarde del criminal, quien se encontraba tomando sol, conversando y consumiendo bebidas alcohólicas en la arena junto a dos de sus secuaces. La intervención policial, realizada entre bañistas, causó asombro entre los presentes, quienes vieron cómo el capo era reducido sin oponer resistencia.
La detención fue el resultado de una acción de inteligencia meticulosamente coordinada entre las fuerzas policiales de dos estados: la Policía Civil de Río de Janeiro y la de Mato Grosso. Según informaron medios locales como O Globo y G1, los agentes venían siguiendo los pasos de «Boré» durante varios días. El arresto se concretó cuando los policías, vestidos de civil para no levantar sospechas, se acercaron al grupo en la playa. Las imágenes difundidas por las propias autoridades muestran el momento exacto en que entregan la orden de detención al líder criminal.
Un Seguimiento de Cinco Días
La captura de este jefe del Comando Vermelho no fue un hecho casual, sino la culminación de un trabajo de inteligencia que se extendió durante cinco días. La colaboración entre el Departamento General de Policía de la Capital (DGPC) de Río de Janeiro y la Policía Civil de Mato Grosso fue fundamental para triangular la información y confirmar la ubicación exacta del fugitivo. Agentes de la 1ª comisaría departamental de Río participaron directamente en la acción en la playa, demostrando la efectividad de la cooperación interestatal para combatir a las grandes estructuras del crimen organizado que operan a través de las fronteras estatales.
Al verse rodeado por los agentes, la primera reacción de «Boré» fue intentar engañarlos para eludir su captura. El líder criminal presentó documentos de identidad falsos, asegurando que su nombre era Víctor Hugo Fernandes. Sin embargo, la maniobra fue inútil. Los policías ya contaban con toda la información de inteligencia y confirmaron rápidamente su verdadera identidad. Una vez desenmascarado, «Boré» fue formalmente arrestado en cumplimiento de las órdenes de captura que pesaban en su contra por múltiples delitos graves.
Un Extenso Historial Delictivo
La peligrosidad de Ederson Xavier de Lima queda en evidencia por su extenso historial delictivo. Las autoridades informaron que el detenido acumula al menos ocho antecedentes penales por crímenes como tráfico de drogas a gran escala, extorsión, receptación de bienes robados y pertenencia a una organización criminal. Su captura era una prioridad para la justicia de Mato Grosso, desde donde coordinaba operaciones clave para la facción delictiva. Este historial demuestra que no se trataba de un delincuente menor, sino de una pieza importante en el engranaje de la organización del Comando Vermelho.
Entre sus condenas más notables, destaca una orden de captura emitida en 2013 por el 13º Juzgado Penal de Cuiabá. En esa ocasión, «Boré» fue sorprendido con un cargamento masivo de 2.604 kilogramos de cocaína y 2.085 kilogramos de marihuana, lo que le valió una sentencia de siete años y seis meses de prisión. Además, en 2019 fue condenado junto a un cómplice por usar una vivienda en Cuiabá como un «escritorio del crimen», un centro de operaciones para el tráfico y la asociación delictiva, según documentó el Tribunal de Justicia de Mato Grosso. Su detención actual es considerada un duro golpe para la facción en esa región.
El Comando Vermelho (CV), o «Comando Rojo» en español, es una de las organizaciones criminales más antiguas y poderosas de Brasil. Nació en la década de 1970 en el interior de una prisión en Río de Janeiro, inicialmente como una alianza de presos comunes y militantes políticos. Con el tiempo, evolucionó hasta convertirse en una formidable facción dedicada principalmente al narcotráfico, controlando vastos territorios (favelas) en Río de Janeiro y expandiendo sus operaciones a otros estados, como Mato Grosso, que es clave para las rutas de ingreso de droga desde Bolivia y Paraguay. El CV mantiene una violenta rivalidad con otras facciones, especialmente con el PCC (Primeiro Comando da Capital), por el control de rutas y cárceles.
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