
La sede de la Secretaría de Gobernación (Segob) fue escenario de fuertes tensiones luego de que una comisión de campesinos rechazara la propuesta del gobierno sobre el precio del maíz. Los productores, que exigen un pago de $7,200 pesos por tonelada para cubrir sus crecientes costos de producción y enfrentar la crisis del campo, vieron frustradas sus expectativas ante una oferta significativamente menor por el grano básico.
La negociación, que buscaba evitar un paro nacional y el bloqueo de carreteras, terminó abruptamente, desatando la frustración entre los manifestantes. Al conocer que la respuesta oficial se limitaba a ofrecerles solo $5,200 pesos, muy lejos de su demanda, la calma se rompió. El conflicto del maíz escaló rápidamente, llevando a los campesinos a intentar ingresar por la fuerza a las instalaciones de la dependencia.
El Grito de «¡Fuera Berdegué!»
En medio de empujones y un clima de indignación, el grito de «¡Fuera Berdegué!» se convirtió en la consigna principal. Este descontento iba dirigido al titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Julio Berdegué, quien participó en las mesas de diálogo. La acción de los campesinos de querer irrumpir en la Segob fue un intento por visibilizar su desesperación y presionar a las autoridades ante lo que consideran una burla.
La diferencia de $2,000 pesos por tonelada entre lo que piden los productores y la oferta inicial del gobierno es lo que mantiene el precio del maíz en el centro de una crisis que amenaza con colapsar a los productores del Bajío y otras zonas del país. Los campesinos argumentan que el precio propuesto de $5,200 pesos no es suficiente ni para cubrir lo que invierten en el cultivo del grano.








