
#BRAZIL La víctima pasó siete horas en cirugía para reconstruir su rostro
La ciudad de Natal, en el estado brasileño de Río Grande del Norte, fue escenario de una brutal agresión que conmocionó al país. Juliana Soares, una mujer de 35 años, recibió más de 60 puñetazos por parte de su novio, Igor Eduardo Pereira Cabral, durante apenas 34 segundos dentro de un ascensor. La violencia fue tal que los médicos compararon sus lesiones con las de un accidente de motocicleta sin casco.
El ataque ocurrió mientras la pareja descendía desde el piso 16 hasta la planta baja. Las imágenes de seguridad muestran la intensidad de la golpiza, que dejó a Juliana con fracturas en el ojo derecho, nariz, pómulo y mandíbula, obligando a una cirugía reconstructiva de siete horas. Pese a la gravedad de las lesiones, los médicos descartaron secuelas neurológicas permanentes.
«Sabía que me iba a golpear, por eso no salí del ascensor»
Juliana relató que decidió permanecer dentro del ascensor para asegurarse de que las cámaras captaran el ataque. «Sabía que si salía, no habría grabaciones», escribió en un papel, pues al ser hospitalizada no podía hablar. La víctima aseguró que su agresor estaba fuera de control por un ataque de celos y que durante la golpiza le dijo que la iba a matar.
La Policía acudió al hospital al día siguiente y el juez ordenó de inmediato la prisión preventiva de Igor, quien fue detenido durante la audiencia de custodia. La jefa de la Policía Estatal, Ana Claudia Gomes, condenó el hecho como una “barbarie que no refleja la evolución de la sociedad”.
El caso ha reavivado el debate sobre la violencia de género en Brasil. Según el Atlas de la Violencia 2025, 3,903 mujeres fueron asesinadas en 2023, mientras que se reportaron 275,000 casos de violencia no letal, la mayoría en el hogar.
Organizaciones feministas y autoridades han exigido que el agresor reciba una condena ejemplar y que se refuercen las políticas de prevención de la violencia contra las mujeres en todo el país.