
Las recientes lluvias atípicas que azotaron Veracruz han dejado una escena de devastación que pocas veces se ve en la entidad. La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) reveló que 40 municipios reportan daños importantes, y dentro de estos, 22 han sido catalogados como los más críticos. Entre los afectados se encuentran localidades como Espinal, Coyutla, Poza Rica, Tihuatlán, Coatzintla y otros puntos clave del estado. En estas zonas, las precipitaciones torrenciales provocaron desbordamientos de ríos, inundaciones súbitas y deslaves. Las tormentas atípicas se registraron entre el 6 y el 9 de octubre, con acumulados máximos como 280 milímetros en Cerro Azul. En conjunto, más de 100 mil veracruzanos han resultado afectados por este fenómeno climático extremo.
Durante la conferencia matutina celebrada el 13 de octubre en Palacio Nacional, la titular de la CNPC, Laura Velázquez Alzúa, dio a conocer el balance oficial de destrucción. Velázquez explicó las acciones de auxilio que ya están en marcha, así como los criterios para priorizar los municipios más urgidos. Detalló que se ha activado la entrega de maquinaria, víveres y apoyo logístico en los sitios más golpeados. Además, se han desplegado brigadas de protección civil, salud y saneamiento para contener daños colaterales. El gobierno federal coordina esfuerzos con las autoridades estatales y municipales para desplegar una respuesta rápida. El enfoque está puesto en salvaguardar vidas y garantizar condiciones mínimas para la población.
El conteo oficial hasta ahora suma 29 personas fallecidas y 18 desaparecidas a causa del desastre. Esta cifra representa únicamente lo reportado formalmente por las autoridades; el saldo podría incrementarse conforme avancen las labores de rescate y revisión de zonas remotas. Las muertes ocurrieron por ahogamientos, arrastres de lodo y colapsos estructurales en viviendas debilitadas. Los desaparecidos pueden hallarse entre restos de viviendas sepultadas o áreas inaccesibles aún por rescatar. Estos números estremecen a Veracruz y al país entero, y subrayan la magnitud de esta emergencia natural. La alerta máxima permanece activada en los municipios con mayor riesgo.
Veracruz es solo uno de los cinco estados más impactados por estas lluvias devastadoras. La CNPC identificó también a Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí como entidades con afectaciones severas. En Puebla, por ejemplo, se registraron acumulaciones de 286 milímetros en zonas como Cuetzalan. Estos niveles pluviales extremos generaron crecidas súbitas en cauces que normalmente serían moderados, provocando inundaciones en zonas urbanas y rurales. Las autoridades advirtieron que si las precipitaciones continúan o se repiten, podrían desencadenarse nuevos desbordes y emergencias locales. Por ello se ha emitido una vigilancia estricta en cuencas y sistemas hidráulicos en toda la región central del país.
Las estrategias de auxilio incluyen mapeos de riesgo, rehabilitación inmediata de vías dañadas y evaluación urgente de infraestructura colapsada. La CNPC establece centros de acopio y albergues provisionales para familias afectadas, además de distribuir kits de limpieza, insumos médicos y alimentos no perecederos. Se prevé que el despliegue logístico escale conforme se reconstruyan caminos y se garantice el acceso a comunidades aisladas. Las labores de saneamiento son urgentes para evitar brotes de enfermedades tras las inundaciones. También se han desplegado brigadas de salud, agua potable y control de vectores para evitar crisis secundarias.
Frente a esta emergencia sin precedentes, las voces ciudadanas exigen transparencia en el uso de recursos y rapidez en la reconstrucción. Habitantes de los municipios dañados demandan que los apoyos lleguen sin burocracia y que las obras sean reconstruidas con criterios de resistencia futura. Las autoridades federales y estatales enfrentan el reto de coordinarse eficientemente en medio de condiciones difíciles. Cada día que pasa sin respuesta agrava el sufrimiento de quienes lo perdieron todo. Mientras tanto, organizaciones civiles y voluntarios se suman para complementar las tareas gubernamentales. Veracruz y los estados vecinos atraviesan una prueba histórica: la de salir unidos de esta tragedia.