
31 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL-Venezuela expresó su satisfacción por la reciente condena de la ONU hacia las operaciones militares de Estados Unidos en el Caribe, calificadas como una escalada “belicista” y una violación del derecho internacional. El pronunciamiento del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, fue recibido en Caracas como un paso importante para reafirmar la necesidad de mantener la región como una “zona de paz”, tal como lo establece la declaración de la Celac de 2014.
El Gobierno venezolano, a través del canciller Yván Gil, señaló que esta condena llega “finalmente” después de meses de denuncias sobre bombardeos estadounidenses contra pequeñas embarcaciones en el Caribe, presuntamente involucradas en narcotráfico, pero que han dejado más de 60 muertos. Según Caracas, estos ataques no solo violan la soberanía regional, sino que constituyen ejecuciones extrajudiciales bajo el pretexto de combatir el crimen organizado.
EE.UU. bajo la lupa
El alto comisionado Volker Türk describió los bombardeos como “inaceptables”, argumentando que el uso de la fuerza letal solo se justifica como último recurso ante una amenaza inmediata. A su juicio, los informes disponibles no sustentan que las víctimas representaran peligro alguno, por lo que instó a Washington a realizar investigaciones independientes y transparentes sobre los hechos. Estas declaraciones, de carácter inusual en un funcionario de Naciones Unidas respecto a la política militar estadounidense, marcan un precedente que podría tener repercusiones diplomáticas en la región.

Además, Türk advirtió que las acciones unilaterales de EE.UU. erosionan la confianza internacional y podrían interpretarse como una forma de intervención extraterritorial contraria a la Carta de la ONU. Su llamado a la rendición de cuentas y al respeto del derecho internacional humanitario refuerza la posición de varios gobiernos caribeños que han exigido el fin de estas operaciones.
Venezuela denuncia “guerra multiforme” en su contra
El presidente Nicolás Maduro sostuvo que su país enfrenta una “guerra multiforme” dirigida desde Washington, que busca provocar un cambio de régimen y controlar los recursos naturales venezolanos. En ese contexto, la respuesta de Naciones Unidas es vista por el gobierno bolivariano como un respaldo a su soberanía y una validación de sus denuncias ante la comunidad internacional.

Mientras tanto, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) continúa realizando ejercicios militares en las costas venezolanas, reforzando su capacidad defensiva frente a lo que consideran amenazas externas. Según Maduro, esta preparación no solo responde al plano militar, sino también a una “guerra comunicacional” en la que —afirma— se intenta distorsionar la realidad venezolana mediante campañas de desinformación.










