11 DICIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- El Gobierno de Venezuela manifestó su agradecimiento a Cuba por respaldar su denuncia contra el asalto de militares estadounidenses a un buque petrolero en el Mar Caribe, hecho que Caracas calificó como un “acto de piratería”. El canciller Yván Gil reiteró que la incautación constituye una violación al derecho internacional y una agresión directa contra la soberanía del país. Según la declaración oficial, el incidente representa un riesgo para el libre comercio y la libertad de navegación en la región.
En el pronunciamiento venezolano también se advierte que el ataque es una amenaza para toda América Latina, debido al precedente que marca en términos de seguridad regional. El mensaje concluye que este tipo de acciones afecta la estabilidad y la paz que los países del entorno consideran fundamentales. Cuba, a través de su canciller Bruno Rodríguez, condenó el hecho y lo describió como un “vil acto de piratería”, insistiendo en que contradice normas básicas del comercio internacional.
La tensión se produce en un contexto de operaciones militares de Estados Unidos en el Caribe desde agosto, justificadas bajo la lucha antidrogas. Washington lanzó la llamada “operación Lanza del Sur”, orientada presuntamente a combatir narcotráfico y proteger su territorio. Sin embargo, como parte de estas acciones, se han realizado bombardeos contra embarcaciones señaladas como narcos, dejando más de 80 muertos sin evidencia firme de su actividad ilícita, lo que ha despertado preocupación en organismos internacionales.
Caracas señala que el asalto al buque petrolero es una escalada de esta estrategia militar, acusando a EE.UU. de usar la lucha antidrogas como argumento para presionar políticamente a Venezuela. El gobierno de Nicolás Maduro insiste en que el objetivo real es impulsar un cambio de régimen para acceder a los recursos petroleros del país.
Datos de Naciones Unidas y de la propia DEA contrastan con la narrativa estadounidense, señalando que Venezuela no es una ruta principal del narcotráfico hacia territorio estadounidense. De hecho, más del 80 % de las drogas se desplazan por el Pacífico. Estas inconsistencias han sido utilizadas por Caracas y por algunos gobiernos de la región para cuestionar el fundamento de las operaciones norteamericanas y exigir respeto a la soberanía regional.
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